La dictadura de la democracia
Hoy en una conversación telefónica distendida e informal pregunté al director de uno de los bancos más "poderosos" de Irlanda acerca de la situación de la entidad en la borrasca financiera. El portafolio de la entidad bancaria en Estados Unidos es considerable y los rumores apuntan definitivamente a que se produzca alguna sorpresa. "Nada de lo que se rumorea tiene fundamento alguno", me dice, "además las actividades de la entidad en el mercado americano no llegan al 2% de sus activos. El 98% restante permanece en un clima más incierto si cabe, los mercados europeos y asiáticos. ¡Nada, no hay por qué preocuparse (sin convicción alguna), todos los mercados se consolidarán con la llegada de McCain a la Casa Blanca!". Un escalofrío se apoderó de mí. "Bueno", dije yo después de unos segundos, "parece una afirmación muy optimista, ¿no cree?". "Sí, pero todas las financieras europeas y americanas y el lobby israelí han desplegado sus recursos mediáticos y políticos para que así sea, ¡ya han decidido!". "Muy bien, entonces... no hay por qué preocuparse, le dije yo. Buenos días y gracias". A todo este circo que tiene a los medios como títeres-voceros de lujo lo denominan "democracia".
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