Las dos Américas

Déjà vu: "Experiencia en la que se siente que se ha sido testigo o se ha experimentado previamente una situación nueva". Neil Young, impulsor de Freedom of Speech, gira musical contra la guerra de Irak celebrada en 2006, y director de CSNY/Déjà vu, documento fílmico sobre el evento, hace referencia con el término francés a las concomitancias entre la situación bélica estadounidense en Irak y la acaecida hace 40 años en Vietnam (además de ser el título de un mítico álbum de 1970). Como contrapartida, sus críticos le acusan de sacar partido con la misma música de siempre a una situación en la que muchos de sus fans también son los de siempre. Las dos Américas, enfrentadas ante una realidad: un grupo de rockeros bien entrados en la sesentena de edad rememoran su espíritu rebelde y sus canciones protesta. Para unos, una necesaria toma de conciencia. Para otros, un superfluo gesto político que nada tiene que ver con la excelencia de su música. Young muestra la dicotomía en el tercer documental sobre su carrera (también ha dirigido dos cintas de ficción), una película de notable ritmo que, más allá de la polémica sobre la idoneidad de la gira, plasma la partición ideológica de un país hastiado en muchos aspectos.
CSNY/DÉJÀ VU
Dirección: Bernard Shakey (seudónimo de Neil Young). Género: documental. EE UU, 2008.
Duración: 96 minutos.
"CSNY no es una democracia", afirma en el inicio David Crosby, uno de los miembros de Crosby, Stills, Nash & Young, mítico grupo de los sesenta y setenta, "CSNY es una dictadura benevolente; aquí manda Neil". No parece la mejor de las confesiones cuando se está tratando de impulsar el derrocamiento de otro supuesto dictador: George W. Bush.
Pero así es la película, mezcla de música, entrevistas actuales, imágenes retrospectivas y declaraciones de fans: una contradicción en sí misma; un combate entre la necesidad de cambio y la, para muchos, falta de escrúpulos del proyecto. Desde luego, ésa es la sensación que provoca escuchar una canción en un concierto multitudinario mientras, tras el grupo, una pantalla gigante exhibe imágenes de ataúdes ataviados con la bandera americana. Interesante, polémica y egocéntrica, la película es también la demostración palpable de una atroz realidad: que en este mundo nadie convence a nadie de nada.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Sobre la firma

Archivado En
Últimas noticias
Las universidades públicas andaluzas irán a los tribunales si la Junta no cumple con el modelo de financiación
El Papa jubila al influyente arzobispo de Nueva York, afín a Trump y líder de la Iglesia ultraconservadora
Las protestas de agricultores contra el pacto entre la UE y Mercosur, en imágenes
El inversor Soo Kim está en negociaciones para comprar CNN a Warner, según ‘FT’
Lo más visto
- La población de pumas de la Patagonia se dispara gracias a una presa inesperada: los pingüinos
- El Supremo ordena al ex fiscal general el pago de la multa y la indemnización a la pareja de Ayuso que le impuso al condenarle
- Carlos Alcaraz y Ferrero rompen tras siete años: “Llegan tiempos de cambio para los dos”
- Sánchez, contra la Comisión Europea: “Es un error histórico” el paso atrás con los coches de combustión
- El Gobierno de Mazón pagó 107 millones de euros más a Ribera Salud al aumentar su aportación por ciudadano




























































