A Coruña realoja en la ciudad a 17 familias de Penamoa

Son ya 17 las familias del infrahumano poblado chabolista coruñés de Penamoa las que han logrado todos los beneplácitos para integrarse en la ciudad, en una vivienda "normalizada", según informó ayer el ayuntamiento. La Comisión Permanente de Integración, formada por representantes de las administraciones estatal, autonómica y municipal, asociaciones de vecinos y del colectivo de etnia gitana y otras entidades sociales, aprobó, en su reunión de ayer, la integración de nueve familias tras comprobar los expedientes sobre su "disposición y situación favorable" para abandonar el poblado, el más grande de Galicia, en el que ahora residen medio millar de personas.

Otras ocho familias habían obtenido luz verde para irse a vivir a un piso en julio pasado, y la comisión, según aseguró anoche el ayuntamiento en un comunicado, valoró ayer "de forma muy positiva" la integración de estos chabolistas, que viven ahora en la ciudad o su entorno "con total normalidad y ausencia de conflictos en la convivencia vecinal".

Tras las multitudinarias movilizaciones vecinales de la primavera pasada contra la hipotética integración en sus barrios de habitantes de Penamoa, el seguimiento de estos casos anima a las autoridades locales a considerar que ya hay ahora "un escenario positivo que facilite la inclusión social y normal" de los chabolistas de esa barriada, considerada como uno de los mayores supermercados de la droga del noroeste de España. El ayuntamiento continúa además con la construcción de un centro social en Penamoa para facilitar la atención y formación tanto laboral como social de los chabolistas de este poblado, a los que se les exigirá cursos de inserción, hábitos y comportamientos cívicos antes de obtener el visto bueno para irse a vivir a un piso.

La erradicación del extenso poblado, creado hace ya 25 años, estaba prevista para abril pasado, dado que será atrevesado en parte por la construcción de una nueva circunvalación de la comarca, la Tercera Ronda. Pero de momento, y casi un año después de la adjudicación de ese tramo que construye la Xunta, las obras siguen paralizadas a las puertas del poblado, ante la imposibilidad de que las máquinas avancen en medio de las endebles construcciones en las que viven los chabolistas.

La desaparición de Penamoa se anuncia lenta. En la reunión de ayer, los técnicos municipales explicaron que se logró normalizar ya la escolarización de menores del poblado y se desarrollaron acciones formativas.