Los vecinos culpan a la M-45 de actuar como un dique que causó la riada
Las viviendas de la zona que más sufrió la riada son ilegales, según sus habitantes
Todos los vecinos de la Senda Galiana, en Coslada, recuerdan decenas de inundaciones desde que llegaron allí. Pero ninguno tiene en la memoria una riada como la de ayer. Sus comentarios, a pie de lodazal, apuntaban ayer a la M-45 como favorecedora de la catástrofe: "Desde que construyeron la M-45, hace siete años, el nivel del agua que se mete en casa cuando llueve no ha parado de crecer".
A mediodía aún fluía agua a través de la alcantarilla que atraviesa el pie del terraplén de la M-45. El canal que pasa por debajo de la vía, situado en el término municipal de Madrid, vertía el agua hacia Coslada. La capa de barro arrastrado cubría hasta las rodillas en las zonas más bajas. Más allá, no se podía luchar contra el lodo.
Según explicaron técnicos del Ayuntamiento de Coslada que trabajaban en la zona, la más elevada del barrio de Coslada que sufrió la riada, el agua había atravesado la M-45 por el canal hacia la parte más baja, para después fluir hacia un sumidero de unos ocho metros de profundidad. El hoyo está situado a unos 150 metros de la alcantarilla, todavía en Madrid.
Expertos consultados ayer por EL PAÍS confirmaron que la M-45 pudo haber actuado como un dique que acumuló el agua al otro lado de la carretera, donde se está construyendo la urbanización Los Aguijones. En esa zona, el terreno ha sido allanado. Según las mismas fuentes, la tierra removida podría haber sido arrastrada con más facilidad por el torrente de agua, de modo que la riada circulase cargada de tierra y adquiriese más masa y poder de arrastre. Francisco Granados, consejero de Presidencia de la Comunidad de Madrid, aseguró que el Gobierno regional está elaborando un informe para determinar si el movimiento de tierras de las obras de Los Aguijones podría haber influido en las inundaciones. El consejero aseguró que la inundación no tuvo nada que ver con los colectores de la M-45.
El sumidero donde fue a parar el agua finaliza en una galería subterránea que fluye hacia San Fernando de Henares. Según los primeros indicios, la tromba colapsó la canalización y el agua rebosó por los pozos. El agua se acumuló en el interior de las parcelas hasta alcanzar la altura de los muros que las limitan inundando las viviendas. Al quebrarse los muros, el agua salió de golpe y originó la riada.
Las viviendas más afectadas están en situación irregular al hallarse edificadas sobre la Cañada Real. Entre ellas, según explicó el presidente de la Asociación de Vecinos Senda Galiana, está la vivienda de la mujer fallecida. "Ninguno tenemos escrituras", explicó. Según fuentes municipales, sin embargo, la vivienda sí estaba construida legalmente.
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