Las denuncias por velocidad excesiva crecieron un 86% este verano
El nuevo centro automatizado de León agiliza la gestión de las multas
Apurar el acelerador y no pagarlo cada vez es más difícil. La Dirección de Tráfico hace tiempo que se propuso atrapar a los infractores con una red de radares que ya suman 521 cinemómetros fijos y 264 móviles. En los meses de junio, julio y agosto se han tramitado 987.499 denuncias, un 6,4% más que en 2007. Con ser importante, no es ése el dato más llamativo del verano. La lucha contra quienes consideran la carretera un circuito arrojó 581.422 denuncias. Es un 86,3% más que en 2007. Frente a este incremento, destaca el descenso de las denuncias por otros conceptos (no usar cinturón, adelantamientos incorrectos...), que caen un 34,3%. Según un portavoz de Tráfico, estos resultados responden a que hay más radares y más agentes.
Descienden un 34% las multas por ir sin cinturón o por adelantar mal
¿Por qué bajan entonces las multas tramitadas por el resto de los conceptos? La misma fuente señala que podría estar relacionado con que "los conductores están adoptando comportamientos más seguros; se ponen más el cinturón, se adelanta mejor...". Aunque también hay que tener en cuenta que el 90% de las sanciones de velocidad se tramitan ahora en el Centro de Denuncias Automatizadas de León (Estrada), lo que ha agilizado la gestión. Tan rápida es, que muchos conductores no tuvieron tiempo de aprovecharse del descuento del 30% que se aplica si la multa se abona en 30 días. Cuando muchos volvieron a casa, el plazo ya había expirado.
El periodo estival provoca en general un relajamiento en las costumbres, y, estadísticamente, con la velocidad esa teoría se cumple. En vacaciones corremos entre tres y cuatro kilómetros por hora más. Aunque las estadísticas también dicen que los últimos años la velocidad media ha descendido cuatro kilómetros por hora y los grandes excesos (más de 140) representan ya el 1%.
La entrada en funcionamiento del Estrada, en marzo, suponía un teórico descanso para las jefaturas provinciales, que eran hasta entonces las encargadas de gestionar las infracciones captadas por los radares fijos. Pero no es así. Las jefaturas han visto aumentar exponencialmente las consultas (telefónicas y presenciales) y las gestiones relacionadas con las denuncias remitidas desde León a los infractores. En lugares como Cádiz, donde sólo existían seis radares, la descarga de trabajo relacionada con la tramitación no compensa si se tiene en cuenta lo que ocurre ahora, señala la subjefa provincial de Tráfico, María Engracia Fuertes. "Hemos tenido que reforzar la atención al ciudadano", explica, "porque aunque la notificación les llega de León, ellos [los conductores] se personan aquí". En Valencia, con muchos más radares, el subjefe provincial, Emilio Sebastiá, confirma que dejar de tramitar las denuncias de los radares ha provocado "cierto alivio", pero que en su jefatura "se siguen informando los expedientes (que es casi como resolverlos), retirando carnés...". Y además atendiendo a quienes reciben las notificaciones de León.
En Madrid, con 34 radares, también se ha notado el efecto Estrada. Para bien y para mal. El jefe provincial, Cristóbal Cremades, explica que muchas personas llegan despistadas diciendo que debe haber algún error porque nunca han estado en León. Cremades asegura que, como allí todo se tramita mucho más rápido, en la jefatura el número de ventanillas dedicadas a denuncias ha pasado de entre seis y ocho a 10 u 11. "Antes se atendía a unas 300 personas diarias y ahora a entre 500 y 550". Aunque Estrada tiene un teléfono de información, los denunciados prefirieren acudir a las jefaturas provinciales.
¿Es justo el actual sistema de sanciones?
La mayoría de los españoles está preocupada por los accidentes, aunque considera que la situación de las muertes en las carreteras ha mejorado en los últimos cuatro años. Así se desprende de una encuesta encargada por la DGT y que recabó en julio la opinión de 800 personas.
Las sanciones son percibidas como una herramienta eficaz para reducir las muertes en los accidentes de tráfico. El 73,9% considera que éstas contribuyen a luchar contra los siniestros en la carretera, frente al 23,1% que opina lo contrario. El actual sistema sancionador es adecuado para el 51,4% e injusto para el 36,4%. Los datos indican que el 27,5% de los españoles piensa que las multas deberían ser más elevadas, mientras que el 34,4% cree que son adecuadas, y el 17,8% opina que deberían ser más bajas.
Adelantamientos peligrosos, conducir sin carné, circular a 200 en autovías o con el doble de la tasa de alcohol permitida o no usar casco son los comportamientos que, según la encuesta, deberían tener un mayor castigo. En cambio, se considera que conducir con la ITV caducada, no usar el cinturón, o circular tras tomar tres cañas o dos vinos, son infracciones cuyas multas deberían ser más bajas.
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