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Reportaje:Crisis financiera mundial | Las repercusiones en España

Golpe a la banca española

La incertidumbre internacional dispara el coste de la financiación de las entidades en el exterior

Íñigo de Barrón

"Ha ocurrido lo que nadie podía pensar: el Gobierno de EE UU ha dejado quebrar al cuarto mayor banco de inversión, Lehman Brothers. Es un grave error. El viernes, tras el anuncio de que el Gobierno de EE UU rescatará a las entidades en peligro, se puede mitigar el riesgo de crisis del sistema financiero, pero lo que no se soluciona es el impacto sobre las infraestructuras financieras y la operativa de mercados", comenta José Carlos Díez, economista jefe de Intermoney. La situación parece mejorar, pero los expertos no quieren echar campanas al vuelo.

Este giro inesperado del viernes pasado ha rebajado la tensión en los mercados donde bancos y cajas buscan dinero para dar créditos, pero persisten las dificultades. Salvo los dos grandes bancos, los expertos creen que el resto del sistema financiero tendrá dificultades para obtener financiación en los mercados internacionales después de que la percepción de riesgo se haya disparado en los últimos días. Los grandes inversores temen que la caída del mercado inmobiliario español traiga problemas a bancos y cajas que necesitan ahorro exterior para financiar los créditos en España.

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En el mundo financiero la globalización es casi absoluta. Lo malo es que las noticias negativas afectan con más rapidez que las positivas. Los directivos de algunas cajas de ahorros y bancos españoles vieron con preocupación cómo, en los últimos días, se ha disparado el indicador de confianza financiera a unos niveles nunca vistos. En el complejo mundo del dinero todo se mide y el indicador que se ha puesto más de moda es el Credit Default Swap (CDS). Este número, que oscila a diario, refleja el riesgo de que se deje de pagar las deudas. Cuando un inversor compra renta fija de una entidad y teme que no vaya a cobrar en la fecha de vencimiento, pide que alguien le asegure que recibirá el dinero.

Este seguro es el CDS y varía en función de la confianza que transmite la entidad que ha emitido el bono. Por eso, a los buenos pagadores se les cobra poco dinero por asegurar la deuda y a los que se cree que pueden pasarlo mal, se eleva el precio. "Es un seguro de impago. En definitiva, es lo que cuesta quitar el riesgo a la deuda que compra un inversor. La cuota sube cuando el riesgo de impago es alto", describe un analista bancario.

Tras la quiebra de Lehman, todos pensaron que el siguiente sería Morgan Stanley y sus CDS a cinco años se dispararon hasta los 1.000 puntos básicos (10 puntos porcentuales), que equivale a decir "el mercado espera su caída inminente, por lo que sólo un loco le prestaría dinero".

Una semana antes, se cobraba 311 puntos básicos por la deuda de Morgan. Para reflejar con números la magnitud de la crisis de confianza que vive el sistema financiero internacional, cabe señalar que el índice de riesgo de impago de la media de las 135 mayores compañías de Estados Unidos y Canadá ha subido hasta los 240 puntos, el doble de lo que estaba hace unas semanas.

¿Y qué está ocurriendo en España? Nadie se ha salvado de la quema, pero no ha afectado a todos de la misma manera. Hace un año, el coste de asegurar la deuda de las entidades españolas era de entre 6 y 12 puntos. "Estos niveles significan riesgo cero de que haya problemas", apunta un experto. Hoy, en el mejor de los casos, el del BBVA y el Santander, se han multiplicado por más de 10. En otros, como Bancaja, la percepción de riesgo se ha multiplicado por 70, en niveles cercanos a los bancos de inversión estadounidenses con problemas.

"Lo significativo no son los puntos de los CDS que tiene un banco o una caja porque el mercado está roto. Sin embargo, es significativo que la crisis financiera ha clasificado a las entidades españolas en tres niveles de riesgo diferentes: bajo, medio y alto. Creo que seguirán en estos niveles durante bastante tiempo", comenta el director financiero de una gran entidad. "Esto significa", añade, "que los mercados de capitales se han cerrado para casi todos, excepto los dos grandes bancos". José Carlos Díez, de Intermoney, resume la situación diciendo que el mercado está penalizado por tres factores. "El primero es para todos por el riesgo España. También por el peso del crédito inmobiliario sobre el balance y, en último lugar, por la dependencia de los mercados de capitales para financiarse. Cuanto mayor sea ésta, se entiende que está en un peligro mayor".

La deuda de Bancaja está en el nivel más alto, es decir, el CDS más caro. La entidad reconoce que afecta a su imagen y reputación, pero insiste en que "sin que haya empeorado la cuenta de resultados, los CDS han aumentado. Se debe a un movimiento especulativo con el que algunos están haciendo mucho dinero. Además, se ha disparado el miedo, que es irracional por lo que está pasando en EE UU". Bancaja recuerda que su morosidad es del 1,85%, por debajo de la media del sector y que hasta final de año vencen 1.600 millones, "que están más de cinco veces cubiertos con los depósitos".

Su vecina la CAM es la que está en el segundo peor lugar. Fuentes de la entidad consideran que, estos días, los niveles que refleja el mercado "no son significativos porque se cruzan muy pocas operaciones". La CAM recuerda que este año le vencen sólo 230 millones y algo más de 3.000 millones en 2009. En un nivel intermedio de riesgo están La Caixa, Bankinter, Banco Popular, Caja Madrid, Banco Pastor y Banco Sabadell. Fuentes de la entidad catalana insistieron en que "no son razones de fondo por lo que está subiendo la percepción de riesgo. Sólo es por la volatilidad del mercado".

En el mejor nivel, no sólo nacional sino también internacional, están el BBVA y el Santander. En la entidad cántabra coinciden con sus colegas en que los precios "no son reales por la enorme volatilidad". El BBVA asegura que puede estar 2,5 años sin acudir a los mercados. Captar depósitos, ventas de cartera industrial y de créditos, pasar fondos a depósitos son los caminos, según los expertos.

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Sobre la firma

Íñigo de Barrón
Es corresponsal financiero de EL PAÍS y lleva casi dos décadas cubriendo la evolución del sistema bancario y las crisis que lo han transformado. Es autor de El hundimiento de la banca y en su cuenta de Twitter afirma que "saber de economía hace más fuertes a los ciudadanos". Antes trabajó en Expansión, Actualidad Económica, Europa Press y Deia.

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