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Reportaje:Economía global

Irak sale del pozo

La economía comienza a recuperarse gracias a la menor violencia y al petróleo

Las armas callan y el petróleo empieza a fluir. El año 2008 está siendo el menos violento en Irak desde que los tanques de EE UU invadieran el país en 2003. Según cálculos del Pentágono, los incidentes violentos se han reducido de una cifra récord de 1.600 semanales en junio de 2007 a tan sólo 250 en el mismo mes de este año. Al tiempo que se hace cargo de la seguridad en más provincias, el Gobierno presidido por el chií Nuri al Maliki intenta trasladar al campo económico los éxitos en la lucha contra la insurgencia. 2008 puede ser también el del comienzo de la recuperación económica.

Stephen Riddle, experto en Irak del Council on Foreign Relations, apunta que las estadísticas son aún poco fiables debido a la falta de infraestructuras, lo que hace imposible medir con exactitud magnitudes tan básicas como el crecimiento del PIB, la inflación o la tasa de desempleo. "Sólo disponemos de información recabada sobre el terreno", señala Riddle. "En mi último viaje a Irak, en junio pasado, noté que la actividad ha aumentado significativamente: hay muchos más mercados abiertos, más tráfico de mercancías y mucha más gente haciendo negocios".

Irak produce ya 2,4 millones de barriles al día, el mayor nivel desde 2003
La corrupción es uno de los principales frenos al crecimiento

Tras una reciente visita de reconocimiento, directivos de varias multinacionales estadounidenses llegaron a la conclusión de que la mejora de la situación política y de seguridad, aunque aún frágil, está creando las condiciones idóneas para consolidar una economía de mercado, con las consiguientes oportunidades para las empresas extranjeras. "Si Irak asume una posición económica significativa en la zona, como creemos que hará, al mundo empresarial estadounidense le interesa comenzar ya a establecer fuertes lazos económicos", escribieron los miembros de la delegación -entre los que figuran directivos de la cadena hotelera Hyatt, del banco de inversión Morgan Stanley y de la petroquímica CF Industries- en un artículo publicado el miércoles en el diario Chicago Tribune. "Si la situación sigue mejorando, llegará el día en que dejen de descartarse inversiones por razones de seguridad".

El Fondo Monetario Internacional (FMI) está de acuerdo. Aunque advierte de que la violencia es aún un problema en buena parte del país, el organismo internacional subraya que la mejoría de la economía es una realidad. "Tras varios años muy difíciles, las perspectivas económicas de Irak están mejorando y las autoridades están perseverando en la implantación de su programa económico en 2008", ha manifestado esta semana el subdirector gerente del organismo, Takatoshi Kato, coincidiendo con la primera revisión del préstamo de 746 millones de dólares que el FMI concedió a Irak en diciembre del año pasado. "Gracias a las recientes mejoras de la seguridad, la producción y las exportaciones de petróleo están aumentando, mientras la inflación se ha reducido", dijo Kato, quien hizo hincapié en que para lograr un crecimiento sostenido es imprescindible reformar a fondo la gestión de las finanzas públicas iraquíes y su sistema bancario. El FMI recomienda la reestructuración de los dos principales bancos comerciales, Rafidain y Rashid, que controlan un 70% de los activos. Comparado con otros países de la zona, los depósitos y la cartera de préstamos de Irak son insignificantes.

Pero hablar de economía en Irak es hablar de petróleo. El país tiene las terceras reservas probadas del mundo, tras Arabia Saudí e Irán, con 115.000 millones de barriles, pero es sólo el decimotercer productor de crudo. Los ataques contra instalaciones petrolíferas, frecuentes desde el derrocamiento de Sadam, están disminuyendo rápidamente gracias a un aumento de la vigilancia, lo que ha permitido aumentar tímidamente tanto la extracción de crudo como el transporte. En el segundo trimestre del año, Irak produjo una media de 2,4 millones de barriles al día, el mayor nivel desde 2003. El alto precio del crudo en los mercados internacionales proporcionará este año al Estado iraquí unos ingresos de 80.000 millones de dólares e impulsará el crecimiento de la economía, según el FMI, por encima del 7%.

Por lo pronto, el Gobierno iraquí ha comenzado a firmar los primeros acuerdos con empresas extranjeras para explorar, producir y exportar sus hidrocarburos. La semana pasada se anunció la firma de un contrato de 3.000 millones de dólares con PetroChina, primera petrolera de Asia, para extraer crudo en el campo de Ahdab, cerca de la frontera con Irán. El objetivo es comenzar la extracción a un ritmo de 25.000 barriles diarios, para incrementar la cantidad hasta los 115.000 barriles durante el sexto año de contrato, cuya duración asciende a 20 años. El Gobierno iraquí espera obtener unos ingresos de 55.000 millones de dólares durante todo el periodo, calculando un precio de 100 dólares el barril.

El proyecto es resultado de la renegociación de un acuerdo firmado por Sadam Husein con la compañía china en 1997. Y las nuevas autoridades de Bagdad han negociado duro. Ambas partes no compartirán la producción, sino que Irak pagará una tarifa a PetroChina por barril extraído -de 6 dólares al principio y de 3 dólares cuando se extraiga a pleno ritmo-, sin tener en cuenta la evolución de los precios del crudo en los mercados internacionales.

El pasado lunes el Ejecutivo de Al Maliki anunció que espera firmar antes de un mes un acuerdo con Royal Dutch Shell para extraer conjuntamente gas natural en la provincia de Basora.

Hay mucho margen para crecer. Sólo 27 de los 80 yacimientos de hidrocarburos iraquíes están siendo explotados. Las petroleras de todo el mundo llaman a la puerta del Ministerio del Petróleo en busca de un pedazo del pastel, entre ellas Exxon Mobil, BP y Total, que ya negocian acuerdos para aumentar la producción en cinco de los principales campos.

Además de aumentar los ingresos por exportaciones, la normalización de la producción de crudo permitirá a Irak incrementar la generación de energía eléctrica, una de las principales demandas de la población y de las empresas. El suministro de luz forma parte, junto al desempleo, la educación, la sanidad y el agua corriente, de la larga lista de asignaturas pendientes del Gobierno.

A los sectores de la economía no ligados al petróleo les está costando despegar. Años de violencia, unas infraestructuras destrozadas y la falta de inversión extranjera hacen muy difícil que el sector privado florezca. Y el peso del sector público, como es tradicional en Irak, es abrumador. Uno de cada tres iraquíes con empleo trabaja para el Estado.

En el plano político hay todavía muchas incertidumbres: ¿será capaz el Ejército iraquí de garantizar la seguridad a medida que se retiren los soldados estadounidenses? ¿Se transformarán las milicias chiíes lideradas por Muqtada al Sader y Abel Aziz al Hakim en partidos políticos tradicionales? ¿Habrá un acuerdo entre la mayoría árabe y la minoría kurda para compartir los beneficios de los campos petrolíferos de Kirkuk? ¿Se combatirá el enriquecimiento ilícito de los funcionarios? La corrupción es conocida en Irak como "la segunda insurgencia". Sólo Myanmar y Somalia superan al país árabe en la lista de países corruptos de Transparencia Internacional.

El mercado de Shorja, en Bagdad, lleno de gente el pasado martes.
El mercado de Shorja, en Bagdad, lleno de gente el pasado martes.EFE

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