Montilla y Benach celebran parte de la Diada en la Expo de Zaragoza
El presidente de la Generalitat, José Montilla, celebró la mitad de la Diada en la Expo de Zaragoza, que ayer festejaba el día de Cataluña. Fue una celebración cultural alejada de cualquier gesto que pudiese aproximarse a los temas polémicos o de actualidad como la financiación autonómica o las obras de arte de la Franja por las que litigan ambas comunidades.
Acompañado del presidente del Parlament, Ernest Benach, de cuatro consejeros de su Gobierno (Salud, Medio Ambiente, Agricultura y Trabajo), de los portavoces de los grupos parlamentarios -Artur Mas, el líder de CiU, se incorporó al final de la tarde-, Montilla estuvo arropado por la ministra de Defensa, Carme Chacón, que abrió la tanda de discursos con una loa al Ebro y a la ciudad que ha acogido la exposición sobre el agua y el desarrollo sostenible.
Fue Chacón quien marcó la pauta de una jornada en la que las principales instituciones políticas catalanas celebraron la Diada a caballo entre su comunidad y la vecina de Aragón. La titular de Defensa dejó claro que hay ya una familia de la Expo y subrayó que la Diada "se hace hoy más internacional por celebrarse aquí". Habló del río que une "en la capital del Ebro, que es Zaragoza, que cada día se hace más universal y diversa ya convertida en un lugar de encuentro de Cataluña con España".
El presidente Montilla debió de sentirse bien en la Expo, ya que cientos de catalanes -han sido los visitantes más numerosos a lo largo de todo el evento- estaban ayer en Zaragoza.
El discurso de Montilla abundó en las cosas que unen a las dos comunidades, "tan evidentes como nuestra bandera, que es igual", precisó, y resaltó su interés de celebrar el Onze de Setembre en la Expo. Montilla se congratuló de que "Zaragoza, al igual que otras ciudades, haya tenido su oportunidad de despegar de la mano de esta exposición y quizá por eso se la ve más orgullosa y segura de sí misma". El presidente hizo votos por que la colaboración entre Aragón y Cataluña continúe.
Acabó su parlamento con una cita de la mano del escritor de Mequinenza Jesús Moncada, que escribió su obra en el catalán que se habla en su pueblo y vivió y murió en Barcelona. Montilla lo citó para hablar de los límites "que son borrosos en las tierras de frontera" e hizo votos para profundizar las relaciones entre las dos comunidades.
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