El nuevo CGPJ
Acaba de ser hecha pública la composición del nuevo CGPJ, que la portada de ayer de este diario describe como resultado de un pacto entre los señores Zapatero y Rajoy, calificado, con toda razón, de "partidista". Cierto es que ese órgano no tiene intervención directa en los juicios, pero no es menos cierto que la ciudadanía en general percibe que sus decisiones -como las de otros órganos judiciales cuyo nombramiento depende en mayor o menor medida de los partidos políticos- tienen una enorme influencia en la administración de la justicia.
Resulta, sin embargo, que el principio de independencia del Poder Judicial respecto al Legislativo y el Ejecutivo, tan cacareado y tan deseable, es una de las bases del Estado de derecho; pero, a mi entender, pactos como el recién alcanzado para constituir el nuevo CGPJ conculcan esa independencia para convertirla en una interdependencia. La alternativa a esta situación es, para mí, obvia: elimínese de los asuntos que afectan a la judicatura la intervención de los partidos políticos (la mejor solución, a mi juicio) o declárese sin ambages que las cosas son como parecen, es decir, que jueces y políticos actuarán codo con codo, a favor del partido político que en cada ocasión cuente con la mayoría suficiente para gobernar.