Mar en Debod
Cuando los organizadores de la Noche en Blanco llamaron a Bill Fontana para ofrecerle el templo de Debod le comentaron que los madrileños echan de menos el mar. La idea era que lo recrease a lo largo del horizonte, pero Fontana decidió rodear el templo con una "escultura sonora", convirtiéndolo en una isla. "Grabé el sonido de la bahía de San Francisco, donde vivo, y lo voy a llevar al centro de Madrid", dice el artista de 61 años, que está enamorado de Debod, aunque sólo lo ha visto en fotos.
No le asusta el millón y medio de espectadores de la pasada edición. "Estoy acostumbrado a trabajar en espacios públicos", dice, "quizás por eso me escogieron". En un aniversario del Día D llenó el Arco del Triunfo parisino de altavoces que traían en directo el sonido de la playa de Normandía: "Por allí también pasa mucha gente".
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