Cultura audiovisual

Al curso académico que va a comenzar le corresponde un exclusivo y más que dudoso honor: la casi total desaparición en el nuevo Bachillerato del estudio del cine, la imagen y la cultura audiovisual. La asignatura de Comunicación Audiovisual, que hasta ahora se ocupaba de esas materias, se ha quedado en alguna papelera de los despachos del Ministerio de Educación, que ha diseñado los nuevos planes, permitiendo sólo una pequeña rendija audiovisual en el muy minoritario Bachillerato de Artes. Las autoridades autonómicas, tan vigilantes y pendencieras en asuntos de ciudadanía, no se han percatado del olvido ministerial, y así en Castilla y León nos disponemos a recibir a los alumnos con la sorpresa de que tantos años de esfuerzos, formación de profesores e inversiones en los centros no van a dar ya ningún fruto académico.

Imposible averiguar los motivos de esa supresión, pero desde luego nada tendrán que ver con los intereses y necesidades de los alumnos. Si éstos, mal que bien, son formados e informados acerca de la música, la literatura o el arte, no se comprende que se excluya de su educación la cultura audiovisual, pues es sabido que hoy en día cualquier adolescente invierte más horas que nunca frente a la pantalla, y que el inagotable universo de las narraciones audiovisuales circula por Internet con total facilidad, sin ningún filtro, orientación o consideración artística. ¿Cómo entonces se puede prescindir alegremente de su presencia en los nuevos planes.