Zapatero califica de hipócritas las críticas a la Ley de Memoria
"No entiendo que se niegue el derecho a saber dónde están los muertos"
Apoyo sin fisuras. Es lo que ofreció ayer el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, a la iniciativa del juez Baltasar Garzón de identificar a las víctimas del franquismo. El jefe del Ejecutivo cargó con dureza contra los que se oponen a la medida. "No puedo entender la hipocresía de aquellos que dicen que divide a un país que las personas mayores puedan saber dónde están sus seres queridos. Como presidente y como patriota no puedo entender que se pueda negar a los familiares el derecho de reconocer a sus seres queridos muertos en circunstancias trágicas", aseguró Zapatero.
"No puedo entender que eso sea abrir una herida, cuando se trata de cerrar una de las pocas que quedan", subrayó el presidente. Esta defensa a ultranza de la iniciativa de publicar los listados de desaparecidos durante la represión franquista se produjo un día después de que la Conferencia Episcopal negara al juez el acceso a los libros de difuntos de las cerca de 23.000 parroquias del país.
El aval de Zapatero a Garzón le granjeó la ovación de la jornada en el Congreso Regional del Partido Socialista de Madrid (PSM), en el que intervino para refrendar a Tomás Gómez como secretario general de los socialistas madrileños.
El presidente lanzó otro dardo contra los obispos y la templanza de los populares. "Huyo de la hipocresía de aquellos que quieren dividir un país por tener una ley mejor de la interrupción voluntaria del embarazo". También cargó contra los populares por su oposición a la asignatura de Educación para la Ciudadanía. Durante esta semana la Comunidad de Madrid, gobernada por Esperanza Aguirre, propuso sustituir esta clase por un voluntariado.
Zapatero quiso dejar claro que la prioridad inamovible del Gobierno son las políticas sociales. También afrontó sin regates la situación de la economía, tres días antes de su comparecencia en el Congreso de los Diputados para explicar sus medidas ante la crisis. "Nuestra prioridad en esta época de dificultades será el empleo, pero no para hacer decretazos, sino para apoyar a los trabajadores", apuntó. Según explicó ayer, las grandes vías para salir de esta "situación complicada" son la solidaridad con los desempleados y las reformas.
El presidente hizo hincapié en la necesidad de afrontar la crisis mejorando la formación de los trabajadores y propuso reformar el servicio público de empleo para gestionar de forma más eficaz las ofertas y demandas de trabajo. Entre la batería de reformas que propuso, subrayó la de la educación, con un mayor impulso a la formación profesional y más énfasis a la educación entre los 0 y 3 años para facilitar la inserción laboral de la mujer. Zapatero culpó de la actual inestabilidad al liberalismo de los mercados hipotecarios estadounidenses, "sin reglas ni normas".
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