La salud es lo más importante

Los deportistas del siglo XXI prefieren los grandes éxitos en nombre de medallas, récords mundiales, etcétera, a tener más calidad de vida una vez finalice su actividad deportiva. El director del programa de terapia genética de la Universidad de California, Thedore Friedmann, ha manifestado que los deportistas prefieren arriesgar sus vidas con tal de poder dar el 200% de su capacidad máxima.

El gen IGF-1, ya experimentado en animales por el prestigioso Lee Sweeney (especialista en terapia genética por la Universidad de California), proporciona un crecimiento en las células musculares y es algo indetectable para los laboratorios antidopaje.

Muchos atletas han acudido a este especialista en busca de querer ser sus conejillos de indias durante este año. Sweeney ha dicho siempre que no. ¿Pero habrá algún otro Sweeney sin escrúpulos? Recordar que fue el creador del famoso superratón al que se alteró genéticamente y se llamaba Schwarzenegger. No sabremos quizá nunca si Pekín ha sido el inicio de la era del dopaje genético; desde luego, lo acontecido en los Juegos, referente a los enormes éxitos de algunos deportistas, quedará en ese oscuro mundo de laboratorios, médicos, deportistas... aunque también en las enormes proezas de éstos.

Para detectar si algo de esto existió se tendrían que utilizar técnicas de biología molecular para ver el gen modificado o bien introducir algún compuesto en el deportista, algo que la ley deportiva no permite... hasta el momento.