La OCDE rebaja el crecimiento de la zona euro y eleva el de EE UU
Reino Unido entrará en recesión en la segunda parte de este año
Estados Unidos fue el origen de la tormenta financiera desatada hace un año y del declive del mercado inmobiliario. Y, sin embargo, la zona euro vive con más virulencia las secuelas de esas enfermedades. Con estas premisas, la OCDE, que aglutina a las 30 economías más prósperas del mundo, ha rebajado cuatro décimas la previsión de crecimiento para la zona euro en 2008, a la vez que ha elevado seis la de Estados Unidos. De esta forma se invierten las tornas: la economía estadounidense pasa a liderar el crecimiento, con un 1,8%, frente al 1,3% europeo.
Ninguno de los países analizados (los más ricos del mundo, que componen el G-7, y la zona euro) presenta un panorama esperanzador. "El Reino Unido está estancado, la zona euro avanza arrastrándose y Estados Unidos está enfermo", resumió ayer Jorgen Elmeskov, economista jefe de la OCDE, en la presentación de las nuevas previsiones.
La inflación dará un respiro a todas las economías debido a la relajación de los precios del petróleo y de los alimentos. Pero eso no cambiará las condiciones monetarias en la zona euro, que "tendrá que vivir sin la ayuda de un recorte de tipos", vaticina Elmeskov. "Hay que aceptar algún grado de paralización en la economía para volver a la estabilidad de precios", argumenta este experto. El informe añade que hay "poca necesidad" de cambiar las actuales políticas, aunque si en algún momento hiciera falta, el instrumento adecuado sería la monetaria.
Junto con los desequilibrios financieros, la vivienda es el elemento que más ha contribuido a deteriorar las previsiones económicas en Europa. El descenso de los precios y de la actividad parece extenderse más allá de los países en los que ya ha hecho mella: Dinamarca, Irlanda, España y el Reino Unido, con "caídas abruptas de las transacciones, que pueden trasladarse a otros lugares". Los datos que aporta la OCDE en su informe sitúan a España como el país en el que los precios se han desplomado más rápidamente. También los permisos de construcción residencial han descendido a una velocidad mayor que en el resto: casi un 60% en el último año.
Ni siquiera Estados Unidos se libra de los malos augurios. El mercado inmobiliario, que continúa depreciándose, y las dudas sobre las verdaderas consecuencias empresariales de la debacle financiera generan incertidumbre. El texto constata signos de inestabilidad en ese país incluso tras el impulso obtenido de la rebaja de tipos de interés y del cheque fiscal aprobado por el Gobierno. La debilidad dependerá de "la rapidez con que esos estímulos fiscales temporales se evaporen", sostiene el comunicado.
Ayudas a la vivienda
El país que sale peor parado es Reino Unido. El informe de previsiones obvia la palabra recesión, pero ése es el pronóstico de la OCDE para la economía británica, con caídas del producto interior bruto (PIB) en los dos últimos trimestres de este año. Las nuevas cifras respaldan las palabras del ministro de Hacienda, Alistair Darling, convencido de que la crisis que atraviesa el país es "la peor en 60 años", según ha manifestado en los últimos días. Para paliarla, anunció ayer un plan de acceso a la vivienda que incluye exenciones fiscales y ayudas al pago de la hipoteca.
En este escenario de excesos, el único elemento que refleja moderación son los costes laborales. "Los incrementos salariales parecen estar contenidos en general", destaca el comunicado de la OCDE. Al no recoger plenamente el impacto de la inflación, el encarecimiento del petróleo y de los alimentos "ha minado los ingresos reales de los consumidores en el área de la OCDE".
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