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DE PASEO CON... | Joaquín Caparrós | Fin de semana

Del Sheraton al Ayuntamiento imaginando una gabarra

Quizás no sea casual que Joaquín Caparrós haya ido a parar a Abandoibarra, el epicentro del trabajo, el esfuerzo y el sacrificio que un día hicieron próspero al Bilbao industrial, siderúrgico y mercantil. Tal vez el destino tuvo que ver en el hecho de que este andaluz fijase su residencia en los terrenos que ocuparon los Astilleros Euskalduna. "Conozco su historia, las protestas de los ochenta, lo duro que se trabajaba", dice el entrenador del Athletic, quien se declara, como aquellos pioneros, un "trabajador nato", en los antípodas del estereotipo que ubica a sus paisanos más cerca de la siesta y la fiesta que del tajo. "Me ha costado mucho triunfar. Mis padres me inculcaron que las cosas se consiguen a base de trabajo. Trabajé durante diez años en una multinacional de equipos hospitalarios. Me levantaba a las cinco de la mañana y me hacía 700 kilómetros diarios para entrenar en Navalmoral de la Mata. Todo eso te endurece".

El entrenador del Athletic adora el Guggenheim, las gildas y los pimientos

Hace un año que su esposa, Rosa, y él se asentaron en un apartamento junto al Hotel Sheraton. Por ello, su paseo preferido nace allí, nada más cruzar las vías del tranvía, en Abandoibarra, que irradia luz y energía esta soleada tarde. "Este paseo es un lujo. Es un concepto de ciudad europea, moderna. Ves gente corriendo, en bici, en patines, paseando, leyendo, escuchando música,... Crees estar en un país nórdico". También la gente le ve a él, y le para, y le saluda, y le pide autógrafos... "Lo hacen con respeto. Cuando en Sevilla me preguntan por los bilbaínos, destaco lo educados y lo serios que son en el trabajo. Además, el entrenador del Athletic está obligado a tener un compromiso con la gente".

En ese proceso de implicación, se ha impuesto la tarea de leer los periódicos y ver los noticiarios locales. "Si yo me quiero meter en vuestras costumbres tengo que conoceros", explica.

Su paseo acaba en el Ayuntamiento. Media vuelta. "Mi lugar favorito es el Guggenheim. Voy mucho al museo. Tengo un hijo artista [Adrián, quien expuso en la sala de la BBK], y me ha metido la afición por el arte. Me gusta el arte abstracto". En ocasiones, alarga su caminata hasta el Casco Viejo. Alternativa es la ruta que le conduce a la zona de Licenciado Poza, la del chiquiteo, los pinchos y la tertulia callejera. "Me sorprendió eso de Bilbao, que se alternara en la calle, como en Sevilla. Por el clima pensaba que sería una ciudad más retraída", asegura el técnico. Su rincón favorito es la calle García Rivero, con bares como el Okela, el Indusi, El Huevo Frito,... "Me chiflan los pimientos verdes y las gildas", reconoce, pero también añora una buena acedía, una pijota, el adobo del sur...

Le ha sorprendido el txakoli, pero su preferido es el tinto de Rioja: un 904, un 200 Monges, un Viña Alberdi,... No le gusta salir de copas. "Alargar la sobremesa es un placer. Su duración es el mejor termómetro para saber si uno lo está pasando bien o mal". Se declara un "tipo serio, al que se le dan muy mal los chistes", pero confiesa que cuando va a Sevilla y sale a comer "con los amiguetes", es de "palmas y flamenquito". "Me gusta mucho el flamenco. En Utrera, cada 27 de junio se celebra El Potaje, el festival flamenco más importante. Eso es arte puro", exclama con un punto de nostalgia. Alan Parsons y Pink Floyd ocupan otros espacios en su discoteca vital.

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Desde su piso se ve la misma Ría que hace 24 años surcó, por última vez, una gabarra llamada Athletic. "No soy de muchos sueños; soy muy pragmático, pero, sí, hay veces que miro a la Ría y lo pienso. Sería tan ilusionante..."

Guía para un plan

- El itinerario: Saliendo en Abandoibarra frente al Euskalduna, descender la Ría por su margen izquierda, junto al Guggenheim y las Torres de Isozaki, cruzar el Puente del Ayuntamiento y remontar de nuevo la Ría a través del Campo Volantín hasta el Puente de Deusto.

- De pinchos: En cualquier calle del Casco Viejo, aunque también le gusta la zona de Licenciado Poza. Imprescindible la corta, pero intensa calle del Maestro García Rivero y sus concurridísimos bares.

- Para comer: Caparrós sugiere cinco restaurantes, todos ellos de Bilbao: Guria (Gran Vía, 66; 94 441 57 80); Serantes III (Alameda de Mazarredo, 75; 94 424 80 04); Kate Zaharra (Zabalbide, 221; Cuesta de Santo Domingo; 94 446 13 47); Rogelio (Carretera de Basurto a Castrejana, 7; 94 427 30 21) y Casa Rufo (Hurtado de Amézaga, 5; 94 443 21 72).

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