Medio Ambiente insiste en la necesidad del trasvase del Segre
La Agencia Catalana del Agua trabaja en el nuevo proyecto
El proyecto de trasvasar agua del río Segre a las cuencas internas de Cataluña para abastecer al área metropolitana de Barcelona sigue vivo. El Departamento de Medio Ambiente, cuyo titular es el ecosocialista Francesc Baltasar, amagó con olvidar el plan una vez superada la fase de sequía, pero no lo hizo, simplemente lo pospuso y, eso sí, le buscó un nuevo nombre.
La Agencia Catalana del Agua ha bautizado al trasvase como "centro de intercambio de derecho público de agua". En definitiva, se trata de llevar agua del Segre al área metropolitana.
"Centro de intercambio de derechos públicos de agua" es el nuevo nombre del trasvase
El primer anuncio lo hizo hace una semana en la Universitat Catalana de Prada Gabriel Borràs, responsable de la planificación de la Agencia Catalana del Agua, aunque en su comunicación el proyecto quedaba bastante difuso. Preguntado el Departamento de Medio Ambiente, no hubo problemas en reconocer que, efectivamente, el proyecto existe si bien "en un plazo no inmediato". Borràs, explicó un portavoz oficial, se encarga de trabajos de planificación a largo plazo, por lo que el asunto no va para el mes que viene ni para el otro. "Hablamos de un plazo que podría situarse en el horizonte del año 2025", dijo la misma fuente. "Se busca disponer de agua de la cuenca del Segre para las cuencas internas de Cataluña" de modo que se puedan "afrontar episodios de sequía", según una notificación escrita de la Agencia Catalana del Agua, cuyo máximo responsable es el también ecosocialista Manuel Hernández.
"Esta medida se tomaría con el consenso previo de todas las partes implicadas", señaló el portavoz de la ACA, y disponiendo de "la inversión necesaria que hiciese posible la modernización del canal de Urgell".
El proyecto del trasvase del Segre es "una iniciativa contemplada, pero que deber ser analizada con todas las partes implicadas para comprobar su viabilidad, iniciando un debate sereno y tranquilo y propiciando una discusión que ya ha empezado con el compromiso por Lleida", siempre según la ACA.
El proyecto de trasvase del Segre lo elaboró Medio Ambiente en el momento más acuciante de la sequía. Una vez la noticia fue dada a conocer por este diario, la primera reacción fue negarla y, sólo cuando la evidencia se impuso, Baltasar reconoció la existencia del plan y empezó a alabar sus ventajas. No obstante, todo quebró porque el agua del Segre no depende del Gobierno catalán sino de la Confederación Hidrográfica del Ebro, adscrita al Ministerio de Medio Ambiente que prefirió una conexión con el agua del Ebro sobrante en Tarragona.
Los regantes de Lleida e incluso los del bajo Ebro rechazaron también con cajas destempladas el proyecto de Baltasar, que acabó por, aparentemente, desecharlo, para recuperarlo ahora otra vez.
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