"Bilbao en este momento es un milagro"
El Ayuntamiento de Bilbao ha entregado en esta Aste Nagusia el título de Bilbaíno de Honor al propietario del restaurante El Perro Chico, Santiago Díez, por "su contribución al ambiente festivo y por su bilbainismo de pro". El nuevo bilbaíno de honor es un defensor de la cocina tradicional, de la merluza de anzuelo y la salsa vizcaína, loco por la música y memoria viva de los 30 años de historia de las fiestas de la ciudad.
Pregunta. ¿Qué ha hecho usted para que le consideren Bilbaíno de Honor?
Respuesta. Es un título festivo. Yo soy fan de las primeras fiestas, las de hace 30 años, cuando se inventaron Marijaia y un montón de cosas para transformar unas fiestas raras en fiestas populares. Será porque he vivido mucho y he conseguido hacer un sitio al que la gente viene y repite.
P. ¿En qué consiste en esencia el bilbaínismo?
R. Aquellos bilbaínos que se pasaban la tarde "que pago yo, que pagas tú", que ejercían de bilbaíno agresivo, han pasado a la historia. Somos generosos, nos gusta invitar, gustar a la gente.
P. Bilbao ha cambiado mucho en las últimas tres décadas.
R. Aquella tragedia de la crisis industrial que parecia insuperable, quedó atrás. Bilbao en este momento es un milagro. A veces pienso que hay hasta demasiadas cosas. Cuando a las nueve de la noche entre semana las calles quedan desérticas, ¿de dónde va a salir la gente para ir a los restaurantes, a la Alhóndiga, a los hoteles de cinco estrellas?
P. ¿Qué es lo mejor de Aste Nagusia?
R. A un amigo de fuera de Bilbao le llevaría a tomar un aperitivo al Casco Viejo. Luego a los hoteles, al Ercilla y al Carlton. Otro día a los toros o al teatro, a cenar algo a una terraza. Y a tomar unas copas, según la edad por el Iruña o por las txosnas. ¡Y hay siete conciertos diarios gratuitos!
P. ¿Disfrutar de las txosnas tiene límite de edad?
R. Sí. Yo voy a tomar algo o como un bocadillo, pero no es plan para un grupo de mi edad. El límite está en ti mismo, pero hay que entender que tiene incomodidades y a mucha gente no le compensa.
P. Usted eligió una zona difícil para su restaurante, la calle Aretxaga, antes de que se empezara a hablar de la regeneración de Bilbao La Vieja.
R. En aquella época no había pegas de San Francisco para aquí. Luego empeoró, porque empezó a ser zona de trapicheo de drogas, y venían al centro de aquí al lado todos los días más de 200 personas a tomar metadona. En los malos tiempos, a mediodía no entraba ni un solo cliente. Afortunadamente, las cosas mejoraron.
P. ¿Qué futuro le ve a esa zona de la ciudad?
R. Hay que facilitar la apertura de todo tipo de negocios. Ha abierto un comercio muy de diseño, de moda, que baja la persiana a las siete de la tarde, que no hace que venga la gente al barrio. Creo que falta algo más integral.
Santiago Díez
Santiago Díez nació en Bilbao en 1945. La publicidad y los estudios de mercado le ocuparon hasta que inauguró en la calle Ercilla una tienda de libros y discos. Las inundaciones de 1983 desbordaron el río subterráneo que corría bajo la tienda y le obligaron a cambiar de negocio. Desde hace 21 años hace bilbainismo al frente del restaurante El Perro Chico.
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