El PP aprovechará el retraso de sus congresos para asentar su cohesión
Los tres cónclaves serán tras las elecciones aunque se agote la legislatura
El PP vasco quiere aprovechar el aplazamiento de sus tres congresos provinciales hasta después de las autonómicas -incluso aunque Ibarretxe agote la legislatura- para terminar de reforzar su unidad interna. El primer paso para superar la crisis que abrió la renuncia de María San Gil se produjo en el congreso extraordinario de julio que eligió a Antonio Basagoiti como su sucesor. La renovación del partido y su nuevo discurso que comenzó entonces quedará definitivamente asentada cuando Basagoiti disponga de tres ejecutivas provinciales afines ratificadas por la militancia en sus correspondientes congresos.
"No se pueden convocar ahora porque si luego hay elecciones [autonómicas], tenemos que tener todo el partido y toda la cabeza puesta en sustituir a Ibarretxe y no en otro tipo de asuntos", recalcó ayer Basagoiti tras reunir a su ejecutiva en Bilbao aprovechando las fiestas de la capital vizcaína. Una vez celebrado el congreso vasco, el partido podía convocar en cualquier momento las tres citas provinciales, pero ha decidido aplazarlas hasta después de las autonómicas, sean estas cuando sean, para lo que ya cuenta con el aval de Génova.
La dirección deja en el aire si buscará una ejecutiva integradora en Guipúzcoa
La ejecutiva de Basagoti reconoce que dan por bueno este aplazamiento ya que les permitirá ganar tiempo para reforzar la cohesión interna. El secretario general, Iñaki Oyarzabal, delaró ayer a EL PAÍS les va a permitir "llegar a esas fechas [las de celebración de los tres cónclaves] con más trabajo interno hecho para que todo salga bien". Aunque no les citó expresamente se estaba refiriendo al conflicto que se puede generar con dirigentes críticos identificados con San Gil como Regina Otaola en Guipúzcoa o Santiago Abascal en Álava.
La dimisión de San Gil y su completo apartamiento de la vida del partido motivó que sus afines en las tres provincias ofreciesen cierta contestación al nuevo rumbo del partido, resistencia que tras el congreso de julio se ha reducido y que tiene más carga simbólica que poder real interno, según otras fuentes populares.
En Álava, los críticos tienen por cabezas más visibles a Santiago Abascal y Carlos Urquijo, pero es sobre todo en Guipúzcoa donde la actual dirección halla más resistencias del grupo que tiene por referente a Otaola.
Fuentes del partido insisten en que "algunos de los críticos se han ido incorporando poco a poco al nuevo proyecto", pese a lo cual nadie se atreve a pronosticar si Otaola encabezará o apoyará una posible candidatura alternativa en Guipúzcoa.
"Tenemos que seguir trabajando por reforzar la unidad", reiteró Oyarzabal, quien confirmó que los actuales secretarios generales en las tres provincias, repetirán como las voces del partido en los congresos: Javier de Andrés en Álava, Esther Martínez en Vizcaya y Borja Sémper en Guipúzcoa. Oyarzabal no quiso aventurar si en Guipúzcoa van a trabajar por cerrar una ejecutiva de integración.
"Defenderé la 'Y' junto a quien haga falta"
El presidente del PP vasco, Antonio Basagoiti, hizo ayer toda una declaración de intenciones de las nuevas formas dialogantes que quiere imprimir al partido: "Vamos a defender con uñas y dientes lo bueno para el País Vasco y luego nos partiremos la cara con la independencia de Ibarretxe o con los desengaños de Zapatero, pero en aquello que sea bueno y sea progreso y venga bien a la gente que vive en Euskadi lo vamos a defender a muerte con quien haga falta".
Basagoiti hizo este comentario tras ratificar que en septiembre se pondrá en contacto con los líderes del PNV y del PSE, Iñigo Urkullu y Patxi López, respectivamente, para proponerles convocar una manifestación conjunta de apoyo a la Y férrea. Basagoiti la estima aún más necesaria después de que ETA asumiese en su último comunicado del sábado tres atentados contra adjudicatarias del trazado de alta velocidad.
Desde las filas del PSE, el alcalde donostiarra, Odon Elorza, apuntó ayer que quien tiene que convocar ese tipo de manifestación es el propio lehendakari.
El líder popular destacó en su rueda de prensa que la crisis económica afecta más a Euskadi porque "la política rupturista y la radicalidad" de Ibarretxe "impide que la gente que da trabajo venga a invertir en el País Vasco".
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