Vuelve la emigración

A sus 33 años, y después de una década empleado en el sector de la construcción, Juan Jiménez Sánchez no va a tener más remedio que volver a convertirse en temporero y emigrar a la vendimia, algo que no hacía desde que era muy joven.

Por mucho que les pese, este albañil de Jódar (Jaén) y su esposa tendrán que dejar en el pueblo a sus dos hijos, de 11 y siete años, y hacer las maletas rumbo a la recolección de la uva, en busca de los ingresos que ahora no tienen.

"Durante casi 10 años, he tenido trabajo más o menos estable en la construcción, hasta que hace poco la empresa en la que estaba, una subcontrata de Guadix (Granada), empezó a echar a gente por el parón de las obras, y de una plantilla de 600 empleados apenas han quedado una treintena", comenta Jiménez.

Como él, medio centenar de trabajadores de Jódar se vio afectado por la regulación de empleo de la firma Obrafi y ahora no tienen más remedio que buscar refugio en el sector primario. La mayoría partirá en los próximos días hacia la vendimia francesa y a otros campos europeos.

Precisamente, la crisis es la causante de que este año se rompa la tendencia a la baja en el número de temporeros españoles que se desplazarán a Francia para recoger la uva.

En concreto, según los sindicatos, este año habrá un aumento del 10% de vendimiadores, un porcentaje que se nutrirá fundamentalmente de albañiles que se han quedado parados.

Más de 8.800 andaluces (el 73% del total nacional) acudirán este año a la vendimia francesa. Por provincias, Jaén y Granada, con 3.000 y 2.800 andaluces respectivamente, son las provincias desde las que se desplazarán más trabajadores, seguidas de Sevilla con 1.000, Córdoba con 900, Cádiz con 800, Málaga con 200 y Almería con 100.

Todos ellos van buscando unas condiciones salariales que no encuentran en el campo andaluz. Así, mientras que en Andalucía se paga la hora en el campo a 5,95 euros de media, en Francia la cantidad asciende a 8,71 como mínimo, más el pago de horas extras si se superan las 35 horas semanales.

El salario de estos trabajadores estará entre 1.900 y 2.300 euros brutos en los 20 ó 25 días que durará la campaña, que este año se ha retrasado una semana. Los principales departamentos a los que se desplazarán serán los Pirineos Orientales, Aude, Herault y Gard, así como Bouches du Rhone, Vaucluse y Gironde.

El temor de los sindicatos es que muchos de los nuevos vendimiadores procedentes de la construcción y de otros sectores afectados por la crisis se desplacen a Francia sin tener garantías laborales. Por eso, el secretario general de la Federación Agroalimentaria de UGT en Andalucía, Pedro Marcos, repite mensajes que hasta ahora se daban a los inmigrantes: es necesario que los temporeros se desplacen con contrato en origen y en medios autorizados. "Hay muchas personas que todos los años vuelven frustradas" por no conseguir un ingreso extra y por perder dinero debido al gasto que les supone el desplazamiento. Además, "en el caso de que ocurra algún accidente o incidencia en el viaje, es complicado demostrar que es un accidente de trabajo si no iban con sus contratos en regla", añade.