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Reportaje:Días de diversión

De la charanga a la Luna

Una muestra sobre el espacio y otra que funde escultura y música sirven de alternativa al bullicio de la fiesta

La Semana Grande donostiarra echa hoy el telón y pasa el relevo a Bilbao. Después de una semana de juerga, más de uno necesitará un descanso, alejarse del bullicio de las ferias, las charangas, los gigantes y cabezudos y demás actividades festivas. Como alternativa, puede perderse en el espacio, aunque sólo sea con la imaginación. El Kutxaespacio de la Ciencia de San Sebastián acoge hasta el próximo 5 de octubre una exposición que repasa las principales actividades que ha desarrollado el ser humano en el espacio durante las últimas cinco décadas, al tiempo que muestra la vida cotidiana de los astronautas en sus misiones.

Bajo el título Vivir en el espacio: desafío del siglo XXI, la muestra se detiene en el estudio del sistema solar, la conquista de la Luna, la exploración de Marte o el desarrollo de satélites y cohetes. Pero además, a través de módulos interactivos, maquetas, audiovisuales y numerosos objetos y materiales, acerca al público las dificultades que tienen los astronautas para realizar tareas cotidianas en condiciones de gravedad cero, lo que conlleva un reto de ingenio y diseño.

Así, alimentarse en plena ingravidez no es precisamente pan comido. Los astronautas consumen productos irradiados o termoestabilizados que pueden contemplarse en la exposición, una iniciativa itinerante del Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial (INTA) que arrancó el pasado año en Madrid. Tampoco evacuar esa comida resulta fácil. Las letrinas espaciales se parecen a incómodos pañales que también se pueden conocer en el Kutxaespacio.

Allí lucen también trajes y escafandras espaciales utilizados en misiones reales, como un uniforme del español Pedro Duque. Y junto a esta indumentaria original, aparecen réplicas de la que vistieron algunos de los astronautas más emblemáticos, como el estadounidense Neil Armstrong, el primer hombre en poner un pie en la Luna. Era 1969.

Otra opción para el ciudadano agotado de las fiestas, ésta sin dejar la Tierra, es esquivar a los cientos de paseantes que inundan estos días el centro de la ciudad y entrar en la sala Boulevard, donde las esculturas del artista donostiarra Antón Mendizabal se funden con la música del compositor y organista francés Olivier Messiaen, de quien este año se conmemora el centenario de su nacimiento. Es una exposición "para sentir", en la que el público puede "ver la música y escuchar la escultura", sostiene su autor. Titulada Soinuak son (El sonido hecho visible), la muestra permanecerá abierta hasta el 14 de septiembre.

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