_
_
_
_

Siria y Líbano acuerdan restablecer relaciones diplomáticas plenas

Una bomba contra un autobús mata a 15 personas en Trípoli

Ana Carbajosa

Siria y Líbano acordaron ayer restablecer relaciones diplomáticas plenas y pusieron fin al enfriamiento surgido hace tres años tras el asesinato del primer ministro libanés Rafik Hariri y del que parte de la clase política libanesa acusa a sus vecinos sirios.

El presidente libanés, Michel Suleimán se desplazó hasta Damasco donde se reunió con su homólogo sirio, Bashar Al Assad en la tarde de ayer. Los progresos diplomáticos se produjeron apenas horas después de que una bomba colocada en la parada de un autobús en el centro de Trípoli (norte de Líbano) acabara con la vida de 15 personas.

Fue la consejera política del presidente sirio, Buzeina Shaban, la que anunció la noticia en la noche de ayer tras al reunión mantenida entre Bashar y Suleiman. "Los dos presidentes han dado instrucciones a sus ministros de Exteriores para que den los pasos necesarios al respecto, a partir de hoy", dijo Shaban. El acercamiento entre el convulso Beirut y un Damasco deseoso de abrirse al mundo y de tender puentes con Occidente pone fin a meses de tensiones.

Las relaciones entre Siria y Líbano se deterioraron a partir de 2005, tras el asesinato de Hariri, y en el que Damasco niega cualquier implicación. El enfrentamiento y la presión internacional pusieron fin ese año a cerca de tres décadas de presencia militar siria en el país de los cedros, que dio comienzo a raíz de la guerra civil libanesa en 1976. Lo prolongado de la tutela siria hizo que la prensa libanesa mostrara ayer cierto escepticismo sobre la capacidad de Damasco para relacionarse en un plano de igual con su antiguo protegido. Estados Unidos, principal responsable de la retirada siria de Líbano hace tres años, se apresuró ayer a felicitar a ambos países.

Mientras, en Trípoli ningún grupo se atribuyó ayer la autoría del atentado en la norteña ciudad libanesa, escenario en los últimos meses de violentos choques entre la mayoría suní antisiria y la minoría alauí, la rama del chiísmo afín a Damasco. Ayer, en torno a las ocho menos cuarto de la mañana (5.45 en España), 20 kilos de explosivos guardados en una maleta estallaron en la calle Massarif, en pleno dentro de Trípoli, justo cuando pasaba un autobús civil cargado de militares de permiso. Nueve de ellos murieron.

En total, el balance de muertos ascendió a 15 y el de heridos a 40, algunos de ellos estaban ayer en el hospital en estado grave.

El cuerpo de un fallecido yace entre los restos del autobús destrozado por la bomba.
El cuerpo de un fallecido yace entre los restos del autobús destrozado por la bomba.REUTERS

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Ana Carbajosa
Periodista especializada en información internacional, fue corresponsal en Berlín, Jerusalén y Bruselas. Es autora de varios libros, el último sobre el Reino Unido post Brexit, ‘Una isla a la deriva’ (2023). Ahora dirige la sección de desarrollo de EL PAÍS, Planeta Futuro.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_