Decomisados en Barcelona 1.400 kilos de cocaína

Los cogieron con las manos en la masa. Ocho supuestos narcotraficantes -seis colombianos y dos venezolanos- fueron detenidos ayer cuando estaban preparando la entrega de un alijo de 1.400 kilos de cocaína en Barcelona. El grupo estaba bajo vigilancia desde el pasado mes de junio, después de que la agencia antinarcóticos de Estados Unidos (DEA) advirtiera a la policía española del envío de una enorme partida de droga procedente de Venezuela.

Los cuatro primeros narcos fueron arrestados cuando trajinaban con el alijo junto al centro comercial La Maquinista. Los otros cuatro esperaban en un hotel de la ciudad a consumar la operación y tenían en su poder 150.000 euros destinados, supuestamente, al pago del transporte de la droga y al primer plazo de su precio final. La droga iba a ser distribuida en las provincias de Madrid, Valencia y Málaga, según informó ayer el comisario Francisco Migueláñez, Jefe de la Brigada Central de Estupefacientes. Se trata del segundo gran alijo de droga del verano y el de mayor cuantía ejecutado en tierra en lo que va de año.

El aviso de la DEA llegó en junio. Los agentes norteamericanos advirtieron de la posible llegada a España de un gran alijo de cocaína, expedido desde Venezuela pero supuestamente perteneciente al llamado cartel del Valle, uno de los más potentes de Colombia.

El aviso permitió a los policías españoles localizar e identificar a la mayor parte de los integrantes de la red asentados en España. Además, pudieron comprobar cómo dos de los responsables de la banda se desplazaban a Barcelona desde Caracas para supervisar el envío y asegurarse el cobro.

Los sospechosos fueron vigilados durante varias semanas, hasta que los agentes vieron a cuatro de ellos acercarse a una furgoneta alquilada que estaba estacionada en el aparcamiento del centro comercial La Maquinista.

Fue entonces cuando cayeron sobre ellos los policías españoles. La droga estaba empaquetada en 50 fardos de plástico y arpillera. Eran 1.400 kilos de cocaína que, según las fuentes consultadas, habría logrado sortear los controles fronterizos y habría entrado en España por vía marítima.

Habitualmente, la droga que sale de Colombia a través de los canales fluviales de Venezuela es expedida en pesqueros camuflados o en barcos de recreo, que realizan extrañas singladuras para evitar su captura.

Los investigadores se dirigieron entonces a un céntrico hotel de Barcelona en el que se encontraban reunidos los otros cuatro responsables del envío de la droga. Los detenidos en el albergue tenían en su poder 104.065 euros, 39.050 libras esterlinas y 3.803 dólares americanos. El dinero estaba seguramente destinado al pago del transporte y a un primer pago y señal por la droga. La cocaína, una vez distribuida en menores cantidades, alcanzaría un valor de 80 millones de euros, según fuentes policiales, aunque en las sucesivas distribuciones al por menor, en las que la cantidad de droga incluso aumenta por las sustancias de corte (adulteración), iría aumentando paulatinamente su valor.

Los detenidos son C. M. M. R., de 40 años; C. R. G., de 61 (ambos venezolanos y llegados de ese país para hacer de notarios o controladores de que todo discurre según lo previsto); J. R. G. P, de 43 años, un colombiano apodado Sarampión por las marcas en la cara de esa enfermedad; H. G. M., Andres el viejo, de la misma edad y, como el anterior, de Cali Valle (Colombia), y los también colombianos C. A. R. A., de 26 años, apodado Ñato; J. G. G. B, de 28 años y procedente de la colombiana Marsella: J. G. J. G., de 45 años, y F. A. A. G., de 34. La policía, además, ha registrado varios locales y viviendas en Madrid, Málaga y Barcelona, donde ha hallado abundante documentación relacionada con esta red.