Por la buena ruta
El descenso de los accidentes de tráfico confirma la eficacia de las nuevas sanciones
A pesar de que este fin de semana 21 personas perdieron la vida en la carretera (cinco miembros de una familia murieron en un choque frontal con otro conductor en la provincia de Toledo), el descenso de los accidentes de tráfico es un hecho que ha dejado de ser circunstancial y del que hay que congratularse y reconocer la tarea de la Dirección General de Tráfico (DGT). Las nuevas medidas administrativas y penales antes que las campañas publicitarias están causando gradualmente efecto. Pero sería una irresponsabilidad lanzar las campanas al vuelo. Sobre todo, porque cualquier víctima mortal habida como consecuencia de una mala conducción es una tragedia. Y que cada año haya más de un millar de fallecidos en accidentes es inaceptable.
Las muertes en julio, que suele ser el mes más luctuoso en siniestralidad vial, descendieron un 15%. Y aun cuando la cifra de fallecidos fue elevada (228) resulta notablemente inferior a los 499 de julio de 2000. Desde entonces, se viene produciendo una tendencia decreciente. En lo que va de 2008 han perdido la vida en las carreteras españolas al menos 1.300 personas, es decir, un 20% menos que durante el mismo periodo de 2007. Habrá que aguardar, no obstante, lo que depare agosto para realizar un balance más sólido. Sin embargo, ya durante la pasada Semana Santa se apreciaron datos muy optimistas.
Por encima de las sanciones se observa una notable sensibilización del conductor ante el grave riesgo físico y pecuniario que comporta una negligencia al volante. Se toma en general más en serio no abusar del alcohol o tratar de no superar los límites de velocidad por temor a ser cazado por los radares. La DGT los ha aumentado este verano hasta casi 800 con el compromiso de llegar a 2.000 en 2012. Aun así, vienen produciéndose múltiples casos de imprudencia temeraria, especialmente por parte de jóvenes. El pasado fin de semana, gran parte de los siniestros fueron protagonizados por ellos. Y sobre todo en carreteras secundarias, donde hay menos vigilancia, el firme es a veces irregular y la señalización no es siempre buena.
La introducción del carné por puntos en 2006 empieza a tener efecto pese a que aún hay descoordinación entre administraciones. Pero, sin lugar a dudas, la medida persuasiva más temible ha sido la modificación del Código Penal con la introducción de sanciones hasta de cárcel.
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