Inhumano
Phelps llegó a su primera final olímpica sometido a una gran presión. ¿Qué pasaría si no ganaba el primer oro después de todos los anuncios que se habían hecho? ¡Lo machacaban! Necesitaba una victoria y acudió a la piscina amenazado por varios frentes. Ryan Lochte lo había apretado sin parar en los trials después de superar una lesión de tobillo. Sin estar a punto. Lochte le había puesto en apuros obligándole a establecer el récord del mundo para ganar. Phelps esperaba que en Pekín su adversario nadase más rápido todavía. Esto le preocupaba. Sin embargo, Lochte se hundió mientras Phelps se crecía. Al verlo allí, en vivo, me di cuenta de que lo que hacía era inhumano. Más allá de sus aptitudes fisiológicas, de su cuerpo especialmente dotado, de la postura perfecta de su columna, Phelps demostró que está en una condición mental y física increíble. Lo dice su récord. Y lo dicen las marcas que no se publican. Las que ha hecho en las últimas semanas en los entrenamientos.
Las noticias sobre las prácticas de Phelps son asombrosas. El otro día entrenó la mariposa a ritmo de competición. Hizo dos series de 50 metros por minuto seguidas de una serie de 100. Tres veces. Saliendo de la piscina y saltando desde el poyete cada vez. Esto significa que nadó un largo en 24 segundos y le quedaron 36 segundos para salir del agua y nadar otro en 24 segundos. Después de cada serie de largos hizo los 100 metros en 51 segundos. Así, tres veces seguidas. La marca que consiguió fue de podio. Sólo dos nadadores en la historia han podido nadar los 100 mariposa en 51 segundos: Ian Crocker y Phelps. Es un tiempo propio de una final. Pensar que Phelps lo hace en solitario, sin el impulso de la oposición, habla de una proeza sin precedentes. Un indicio claro de que apunta al oro de los 100 mariposa con más decisión que nunca.
Dejemos los entrenamientos prodigiosos. Volvamos a la competición. Tal vez el duelo se prolongue. Tarde o temprano, Lochte le ganará alguna prueba a Phelps. Pero desde hace cuatro años el debate se ha terminado. Ni Spitz ni Thorpe han logrado algo parecido. No necesita colgarse ocho oros para llegar a la cumbre. Lo que Phelps ha hecho hasta ahora le convierte en el mejor de todos los tiempos. No tengo ninguna duda. Es increíble.
Sergi López fue el primer medallista olímpico español. Ganó el bronce en la prueba de 200 metros braza en Seúl 88.
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