La UE aumenta las sanciones contra el plan nuclear iraní
EE UU y Francia propugnan nuevas medidas de presión sobre Teherán
La Unión Europea ha aplicado el tercer paquete de sanciones contra Irán, aprobado por Naciones Unidas el pasado 3 de marzo (Resolución 1.803). La Posición Común divulgada ayer por el Consejo de la Unión amplía las anteriores sanciones contra Irán, añadiendo prohibiciones de viajes y congelación de activos para nuevas personas y entidades comprometidas o asociadas con las actividades de proliferación nuclear.
Este paquete de medidas restrictivas se añade a los dos anteriores, establecidos en las resoluciones 1.737 (2006) y 1.747 (2007).
Con independencia de estas medidas activadas ayer y aprobadas hace cinco meses, Estados Unidos y Francia propugnan un cuarto paquete de sanciones ante la ambigüedad de la respuesta dada por Irán a la reciente oferta presentada por el alto representante de la UE, Javier Solana, en nombre de las grandes potencias del Grupo 5 + 1 (los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad, Estados Unidos, Rusia, China, Reino Unido y Francia, más Alemania). Solana se ha mostrado partidario de actuar con prudencia y lograr el consenso entre las seis grandes potencias antes de acordar un nuevo paquete de sanciones.
La Posición Común aprobada ayer compromete a controlar y restringir el apoyo financiero al comercio con Irán, como créditos a la exportación, con el objetivo de evitar que pueda contribuir a fomentar las actividades sensibles de proliferación nuclear.
Este tercer paquete de sanciones exhorta a que en algunos supuestos "se mantengan vigilantes" y en otros "impidan la entrada de personas que se dediquen o estén vinculadas directamente o presten apoyo a las actividades nucleares de Irán que sean estratégicas desde el punto de vista de la proliferación o al desarrollo de sistemas vectores de armas nucleares".
La divulgación de la aplicación de estas sanciones coincide con un momento tenso de las relaciones entre las potencias con Irán por la falta de respuesta adecuada a la oferta presentada formalmente por Solana el pasado 19 de julio en Ginebra. En esta reunión, el Alto Representante presentó la llamada propuesta de "doble congelación", que buscaba un compromiso para las dos partes y crear un clima de confianza para restablecer las negociaciones. Según la propuesta, los iraníes se debían comprometer a no aumentar sus instalaciones y actividades de enriquecimiento de uranio, y las potencias, a no aumentar las sanciones a Teherán.
La cuestión de fondo es si el proceso de enriquecimiento de uranio que desarrolla Irán para fines civiles, según sus propias manifestaciones, puede ser utilizado para desarrollar armas nucleares.
El portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de Irán, Hasan Ghashghavi, aseguró anteayer que "el programa nuclear es estratégico" para su país.
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