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Análisis:A PIE DE PISTA | PEKÍN 2008 | Baloncesto
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

Variables decisivas

Hace cuatro años, Argentina e Italia se jugaron en Atenas el oro olímpico en la final quizás más pobre en cuanto a talento atlético y técnico individual que se recuerde, pero con un nivel altísimo de inteligencia baloncestística, de carácter y de riqueza táctica en la pista. El ejemplo en clave olímpica nos puede servir para enfocar la competición que está a punto de empezar desde una perspectiva algo diferente de la que propone a Estados Unidos y España como únicos candidatos a la medalla de oro, tal y como parece (y no sin razón) que todo el mundo está opinando.

Indudablemente, estamos hablando de las plantillas más ricas en cuanto a talento, más completas y también las que más sensación de fuerza han transmitido en los partidos de preparación, quizás con más jugadores capaces de ganar un partido solos (Estados Unidos), y con una cohesión y sentido de equipo superior por parte de España.

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"Si tengo que jugarme la última bola, lo haré"

Sin embargo, como demostraron los últimos campeonatos de Europa y del mundo, tener la plantilla más fuerte no garantiza automáticamente el éxito: si es verdad que a todos nos sorprendería un triunfo de cualquier otra selección, en una competición corta que en un momento dado se reduce a ganar ESE partido en ESE día, parece poco generoso o poco prudente descartar a priori la solidez de Grecia, la calidad de Lituania, la competitividad de Argentina o la condición atlética de Rusia. Las lesiones y el cansancio son una variable imprevisible e importante, saber mantener el correcto equilibrio entre ambición y humildad es clave, saberse preparar mental y tácticamente con poco más de 24 horas, jugando día sí día no, quizás decisivo.

Estados Unidos tiene que demostrar que ha aprendido a respetar el baloncesto internacional, España siente que tiene la mejor oportunidad de siempre, y los demás tienen la liviana tranquilidad que a veces permite alcanzar niveles de prestaciones altísimos. El único deseo es que el baloncesto siga manteniéndose al margen del cáncer del deporte de nuestra época, el dopaje, que seguramente y desgraciadamente se cobrará víctimas también en los Juegos que han empezado.

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