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Noche de insomnio en La Vega Baja

Un terremoto de baja intensidad desata la alarma al sur de Alicante

Casi la una de la madrugada. Unas 50 personas disfrutan tranquilamente de una calurosa noche de verano tomando algo en un bar. De pronto, las paredes tiemblan, y el pánico se apodera de los allí presentes, que echan a correr. Esta es una de las escenas que se vivieron en la madrugada de ayer en el municipio de Algorfa (La Vega Baja), tras un terremoto, de magnitud 3,4 en la escala abierta de Richter. El seísmo causó la alarma entre los vecinos, que pasaron la noche al raso, pero no hubo daños personales ni materiales.

Al igual que los clientes del bar, muchos de los casi 5.000 habitantes de este municipio, asustados por el seísmo que acababan de sentir, se echaron a la calle por el temor a que se repitiera un temblor aún más fuerte. Incluso algunas familias sacaron de sus casas sillas y colchones a las aceras para estar más seguros. Estos vecinos aprovecharon la coyuntura para dormir en plena calle.

"Se sintió un golpe fuerte", comenta Loreta, una trabajadora del restaurante La Finca Golf. "Las botellas se tambalearon y las paredes crujieron", apunta. Su compañero y ella ya estaban cerrando cuando sintieron el primer temblor. "Noté tres fuertes [movimientos], y nos entró miedo", apostilla.

Según el Instituto Geográfico Nacional se produjeron seis réplicas tras el primer seísmo, registrado a las 00.41. La última vibración se sintió sobre las 4.00.

En la vecina localidad de Los Montesinos, el movimiento sísmico también desató la alarma entre sus habitantes. "Todos estábamos bastante nerviosos", destaca Aurora Torres. A esta vecina le sorprendió el seísmo en su casa y sintió como "si pasara un tren por encima".

El Instituto Geográfico Nacional ubicó el epicentro del terremoto entre los términos de Algorfa y Los Montesinos. Sin embargo, en otras poblaciones, como Torrevieja, Crevillent, Benejúzar, Almoradí, Catral, Guardamar del Segura, Daya Nueva, Orihuela, Santa Pola, Elche y Alicante, también se pudo sentir.

"Hemos estado en vela hasta las cinco de la mañana. No se recuerda un seísmo así en mucho tiempo", destaca una mujer de Daya Nueva, donde también fueron pocos los que lograron conciliar el sueño.

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