La elevada mortalidad de motoristas obliga a Interior a idear otras medidas
Suponen el 27% de las víctimas, cuya tasa bajó un 8% en el último semestre
Los muertos en las carreteras vascas siguen su tendencia descendente. En el primer semestre hubo 33 fallecidos, tres menos que en el mismo periodo de 2007, y el número de accidentes con heridos se redujo en un 12,3%: 1.421 frente a 1.620, según los últimos datos de la Dirección de Tráfico. Pero en este panorama positivo hay un lunar: más de una de cada cuatro víctimas mortales en la carretera fue un motorista.
Ahora, los fallecidos en accidente de motocicleta tienen más edad
Destaca la reducción de los heridos graves, que bajan un 25%
"La tendencia es a la baja pero en los accidentes de motos no se produce esa bajada", admite Andoni Arriola, director de Tráfico del Gobierno vasco. En esta década, salvo en 2004 y 2006, los fallecidos en una motocicleta siempre han rondado cada año la veintena. El pasado ejercicio, hubo 19 muertos. Arriola asegura que en el plan estratégico de seguridad vial -un foro en el que participan 27 entidades, incluidas asociaciones de automovilistas y la fundación Mapfre- se están analizando desde hace meses nuevas acciones para frenar esta siniestralidad, que se unan a las campañas de concienciación.
Tráfico señala que los conductores de vehículos tienen también su parte de responsabilidad en los accidentes de las motocicletas, aunque la mayoría obedecen a la culpabilidad del propio motero. Las estadísticas del Departamento de Interior revelan que desde 2001 entre el 50% y el 57% de los siniestros de estos vehículos se ha debido a colisiones en marcha.
Lo que sí ha variado es la edad de los fallecidos en una motocicleta; ahora son de mayor edad. A principios de esta década, el 51% de los muertos tenía entre 14 y 24 años y el 36% correspondía a la franja de entre 25 y 44 años; el pasado año, las personas de estas edades que dejaron su vida en a carretera fueron el 51,8% de los fallecidos en una moto, mientras que los jóvenes entre 14 y 24 años que perecieron disminuyeron hasta el 31,9%.
Arriola considera que la eliminación del carné específico para las motocicletas de baja cilindrada -sólo se requiere el B, el de conducción de vehículos- no ha influido en que haya más o menos siniestralidad, porque la mayoría de los accidentes mortales se producen en motos de gran cilindrada. El director de Tráfico apunta a una variedad de factores, entre los que cita la formación. "Hemos tenidos accidentes mortales de una moto que había salido cinco minutos antes del concesionario. Se debe potenciar la formación, porque estos vehículos no son sólo para darle gas. Tienen su dificultad en la conducción".
En el balance general del primer semestre, uno de los datos que sobresalen es la disminución de los heridos graves, un 25% menos. De los 245 del primer semestre de 2007 se ha pasado a 168 en estos seis meses. En cambio, los fallecimientos (de 36 a 33) han disminuido un 8,4%.
El director de Tráfico cree que las campañas de concienciación han calado ya entre los automovilistas y destaca que la reducción de accidentes y fallecidos se logra en un momento en que cada vez circulan más vehículos: cada año aumenta el tráfico entre un 4% y un 5%, asegura Arriola. "Se oyen comentarios de que no importa que tarden un poco más en llegar a sus destinos pero que van más tranquilos y descansados. Y esto es fundamental, porque sin cansancio la accidentabilidad se reduce mucho".
Por territorios, Guipúzcoa acapara casi la mitad de los fallecidos en este primer semestre, con un total de 15, pese a que el número de accidentes con víctimas (585) es inferior al de Vizcaya, donde se produjeron 662 pero los fallecidos fueron diez. En cambio, en Álava la mortalidad por siniestro con heridos es muy alta: ocho en 174 accidentes. Este territorio ofrece el dato más positivo en las estadísticas de heridos graves, que se redujeron un tercio en el primer semestre: 21 frente a 61 del mismo periodo de 2007.
Tráfico espera ahora los datos del verano, la época en la que tradicionalmente se producen más siniestros. El año pasado, en julio y agosto (los dos principales meses de la época estival) se rompió la curva descedente y la mortalidad creció un 45%: se produjeron 16 víctimas mortales frente a los 11 del anterior, aunque el verano de 2006 coincidió con la aplicación del carné por puntos.
La pasada Semana Santa fue especialmente satisfactoria, porque no hubo ninguna víctima mortal, los heridos graves se redujeron a la mitad y los accidentes totalizaron 213, frente a los 224 del mismo periodo de 2007.
Un plan clave
- La Dirección de Tráfico considera clave para la paulatina reducción de la mortalidad en las carreteras vascas el llamado plan de seguridad vial, puesto en marcha a finales de 2002. Ahora está en marcha la segunda fase, que abarca el periodo 2007-2010.
- Este documento se elabora por parte de la Comisión Vasca de Seguridad Vial, integrada por un total de 27 entidades, entre ellas el Gobierno, las tres diputaciones, los ayuntamientos y asociaciones privadas que representan a automovilistas como el RAC y la Fundación Mapfre, que suele realizar campañas de concienciación.
- El segundo plan de seguridad vial se ha marcado que el número anual de fallecidos en las carreteras se quede en 54 por cada millón de habitantes, cuando en 2001 el País Vasco presentaba una tasa de 109 fallecidos en accidente de tráfico por millón de habitantes.
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