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Gràcia busca una fiesta más vecinal

La verbena popular del barrio suprime el espacio de conciertos multitudinari os

Cambio de rumbo: la calle de Bailén, que en anteriores ediciones de la fiesta mayor de Gràcia acogió el Festival de la Música, quedará desierta del próximo 15 al 21 de agosto. Son las fechas de una celebración que este año suprime los conciertos multitudinarios en busca de una verbena más familiar y menos conflictiva. La reorientación parece definitiva: "Tendrá continuidad en los próximos años", aseguró ayer el presidente de la Federación Fiesta Mayor de Gràcia, Ricard Estruch, en la presentación del evento.

A cambio se salpicará la Vila de pequeños escenarios repartidos por el interior del barrio, coincidentes en su mayoría con las calles que participan en el concurso de adornos. Se trata de ganar en intimidad y evitar las escenas de batallas campales que empañaron la fiesta en ediciones anteriores. Las entidades vecinales saludaron el nuevo criterio resaltando la incertidumbre de su resultado. El escenario de la calle de Bailén ha convocado tradicionalmente un público radical casi al margen del tipo de música que estuviera programado.

Los vecinos también señalan que el principal desencuentro en las últimas fiestas está en casa: los colectivos okupas o de corte antisistema, que suelen organizar sus fiestas alternativas al margen de los horarios que dicta el Ayuntamiento -hasta las 2.30 horas en días laborables y 60 minutos extras en vísperas de festivos-. "Hacen ocupación del espacio público", indicó el concejal del distrito, Guillem Espriu. Dejó entrever así que los Mossos y la Guardia Urbana, que desde 2006 coordinan la vigilancia de las fiestas, tendrán que intervenir si se incumple la normativa del Ayuntamiento.

El lavado de cara de la verbena se reforzará con actividades sosegadas en los principales puntos de acceso al barrio: quien llegue a Gràcia por Fontana encontrará la plaza del Diamant convertida en la plaza del swing, centrada en este estilo musical; y quien arribe por la plaza de Joanic hallará la fiesta de la interculturalidad. La diversidad será un factor destacado en esta edición de la verbena, cómo recogerá el pregón de Queco Novell que abrirá las fiestas. Quizá no llegue tan lejos como el homenaje que el alcalde de Barcelona brinda a la homosexualidad en el bando de las fiestas de Gràcia: "Ese chico que te enamora / parece que ya tiene novio", firma Jordi Hereu.

Menos calles engalanadas

El número de calles que participan en el concurso de adornos de las fiestas de Gràcia mantiene su senda descendente. Este año serán 15, tres menos que el año anterior y seis menos que en 2006. El dato sigue siendo negativo pese a que el Ayuntamiento ha habilitado dos locales gratuitos para que los vecinos pudieran almacenar los elementos de decoración. La necesidad de estos espacios es la principal queja de las asociaciones vecinales, que gastan unos 23.000 euros de media para adornar las calles, aunque reciben aportaciones municipales que suman 36.000 euros procedentes del distrito y que son entregados a los organizadores de la fiesta para sufragar los costes de decoración.

Además, este año las ayudas a las calles han pasado de 6.000 euros en 2007 a 8.000. Pero el esfuerzo municipal no ha servido para paliar el descenso de calles. Parte del problema recae en la falta de relevo generacional: las comisiones de fiestas son cada vez más frágiles y la mayoría las forman apenas una decena de vecinos.

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