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La nueva Ley de Educación amaga con dividir al tripartito

La Ley de Educación que prepara el consejero Ernest Maragall recibió ayer el visto bueno del Consejo Técnico de la Generalitat y se aprobará el próximo martes tras el Consell Executiu, que debe concretar el texto definitivo. Sin embargo, el documento abre más fisuras de las que alcanza a reparar: si anteayer Maragall modificó la ley para suavizar el control sobre los centros privados y agasajar así a las escuelas concertadas, ayer disparó los recelos de ICV, grupo que integra el tripartito, por ese mismo cambio de matiz.

La formación evitó con esmero hablar públicamente sobre el asunto. Algo que sí hizo EUiA, grupo que comparte una postura conjunta con ICV ante la ley. "Si Maragall cede ante la concertada, no la apoyaremos", subrayó la portavoz del partido, Mercè Civit. El rechazo se sumó al de los sindicatos, frustrados por ver que "Maragall accede sin más a todo lo que piden los centros privados".

Por el contrario, el texto aprobado levantó sonoros aplausos de ERC, el otro socio del Gobierno catalán. "La ley blinda la inmersión lingüística", señaló el secretario general republicano, Joan Ridao. Así lo entiende dado que se otorga a Educación las competencias exclusivas para establecer los horarios de todas las asignaturas. De acuerdo con la interpretación de Ridao, ello libra a la Generalitat de implantar la tercera hora de castellano.

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