Chabolistas de Poio rechazan la oferta de realojo de la Xunta
Las tres familias gitanas realojadas en O Vao (Poio) tras su salida de Monte Porreiro (Pontevedra) por la presión vecinal se han plantado. Ayer se celebró en Vigo una reunión de la Comisión de Integración en la que Vicepresidencia de la Xunta puso una nueva oferta sobre la mesa: la posibilidad de que las tres familias ocupen dos viviendas en el entorno del poblado chabolista de O Vao. El sí de los afectados pasa "necesariamente", según su portavoz Sinaí Giménez, por el regreso de uno de los clanes al barrio pontevedrés. "No puede ser que siempre seamos nosotros quienes tengamos que ceder ante la Xunta y los vecinos de Monte Porreiro", advierte el presidente de la Asociación Pueblo Gitano en Galicia.
El colectivo calé no está dispuesto a que el logro de los vecinos de la capital "siente precedente" pudiendo frustrar en el futuro otros programas de erradicación del chabolismo.
Los últimos seis meses han sido una odisea para los realojados, forzados a trasladarse con sus pertenencias de un sitio a otro para, finalmente, volver unos al poblado y otros, a un establecimiento hotelero de Poio. El alcalde de este municipio, Luciano Sobral (ausente en la reunión de ayer, en la que sí estuvo el concejal de Urbanismo, Xulio Barreiro), desconocía la existencia de esas dos viviendas unifamiliares que, según Giménez, han sido reacondicionadas por la Administración tras su compra a los antiguos propietarios payos. Sobral reconoce no haber sido informado por Vicepresidencia (área gestionada por su mismo partido, el BNG) "hasta ese extremo".
Relaciones tensas
A medida que se acorta el plazo para demoler la última chabola de O Vao sobre la que pesa una orden de derribo, con el 21 de julio como fecha tope, las relaciones entre los representantes del Ayuntamiento de Poio y las familias gitanas se tensan. Sinaí Giménez afirmó ayer "la cuerda estuvo a punto de romperse". Y es que sin garantías de que exista opción de compra sobre esas casas y sin plazos que pongan fin a esta alternativa provisional, los afectados siguen aferrados a los contratos de alquiler aún vigentes que les unen a los pisos del barrio. Una opción que, según Luciano Sobral, no es en absoluto descartable.
Mañana los afectados darán su respuesta porque, aseguran, tienen que "pensárselo".
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