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Reportaje:

El Barça comparte mantel

Guardiola exige a sus jugadores que desayunen y coman todos juntos en el Camp Nou para supervisar su alimentación, y pone las doce de la noche como hora límite para regresar a casa

Jordi Quixano

A Pep Guardiola, técnico del Barça, no se le escapa ni una. O por lo menos lo intenta. Y más si se trata de la nutrición del equipo y del trabajo físico de la pretemporada. Así que con la ayuda de Esteban Gorostiaga y su equipo médico de fisiología aplicada al deporte de élite, controlan la alimentación de la plantilla y las cargas de trabajo que deben aplicar a sus jugadores en los primeros días del curso. Como novedad, sin embargo, los futbolistas deben desayunar y comer juntos todos los días en las instalaciones del Barça. Es una idea de trabajo que ya se practica en otros países y que no sólo sirve para supervisar la alimentación del jugador, sino que potencia la unión del equipo.

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Al contrario que en épocas recientes, en el Barça ya no existe el absentismo laboral o la oligarquía de ciertos jugadores. "Si piensan que voy a ser blando, van equivocados", anunció Guardiola. El día del jugador azulgrana, entonces, es largo. Todavía con las legañas, los futbolistas aparcan el coche en el Camp Nou a las 8.30 horas. Deben acudir al comedor del antepalco de la Llotja, donde desayunan cereales o algo ligero, como fruta. Una hora más tarde, salen al campo para entrenarse. Amante de las lecciones que le impartió en su día Cruyff, Guardiola insiste con ganas en los ejercicios de posesión y posición, de conservación y tácticos. A las 12.30, ya duchados, los jugadores se acercan al restaurante para comer otra vez juntos. El menú siempre es el mismo: arroz, verduras, ensalada y carnes, y fruta de postre. Pero dentro de poco tendrán un plan nutricional específico. De ahí que el primer día Gorostiaga les realizara una encuesta nutricional y les realizara la antropometría, prueba que sirve para determinar la grasa que tienen en el cuerpo.

El Milan en Milanello, el Chelsea en Cobham y el Tottenham en Chigwell son algunos de los muchos equipos que ya reúnen a sus futbolistas a la mesa. El Barça, con Guardiola, también. "Con ese menú se consigue una dieta equilibrada. Los hidratos de carbono sirven para cargar los depósitos, y las proteínas fortalecen el músculo. Así, además, se evita que coman porquerías", explica Ramon Balius, médico del Consejo Catalán del Deporte. "Los consejos nutricionales no son milagrosos, sino que sirven para cubrir las necesidades alimentarias", amplían en el Barça. "Controlar la dieta del jugador es un recurso óptimo porque la nutrición y el rendimiento tienen una relación directa", apostilla Antonio Turmo, director de la Escuela de la Medicina del Deporte de la Universidad de Barcelona; "al tiempo, con una dieta ordenada se evitan posibles déficit específicos de alguna sustancia como los minerales, el hierro o el magnesio". La comida en el antepalco azulgrana, en teoría, dura una hora, hasta las 13.30 horas. Pero algunos jugadores arañan unos minutos para irse rápidamente a casa y reposar tanto el estómago como las piernas. Más que nada, porque a las 17.30 horas están citados de nuevo en el Camp Nou para una hora más tarde hacer el entrenamiento vespertino.

Pero Gorostiaga no sólo cuida la alimentación del Barça, sino que, mediante diversos estudios, ayuda a los preparadores del club a calcular las cargas de trabajo. Es decir, con diferentes máquinas, pruebas de esfuerzo y test de campo, evalúa la fuerza, la resistencia, la elasticidad y la potencia de los jugadores. Estos datos los preparadores los cruzan después con los entrenamientos para obtener el mejor rendimiento y evitar, en la medida de lo posible, las lesiones. Concluida la jornada, a eso de las 20.30 horas, los jugadores pueden hacer lo que quieran, siempre y cuando lleguen a las doce de la noche a casa, que es la hora de queda que ha estipulado Guardiola durante la fase inicial de la pretemporada. Todo controlado.

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