Despedida al Shakespeare más ambicioso
Declan Donnellan estrena 'Troilo y Crésida' en las Naves del Matadero
Van dejando un rastro de admiración por donde pasan. Y pasan por muchos sitios de varios continentes ya que la compañía británica Cheek by Jowl (podría traducirse por codo con codo), con su mítico director Declan Donnellan y su escenógrafo de cabecera Nick Ormerod al frente, es un curioso fenómeno escénico... y trinitario. El grupo tiene un elenco ruso (trajeron Noche de Reyes hace dos semanas al Centro Dramático Nacional), otro francés auspiciado por Peter Brook (presentan su Andromaque de Racine esta semana en Barcelona) y otro británico, fundado en 1981, que estrena esta semana en las Naves del Español en el Matadero (del 17 al 26) el Shakespeare más ambicioso que jamás ha abordado Donnellan: Troilo y Crésida (Troilus & Cressida), una de las obras más desconocidas del autor inglés escrita en 1602, después de que Shakespeare lograra un apoteósico éxito con Hamlet y de la que no se sabe a ciencia cierta si llegó a representarse en su época.
"Es una obra maravillosa, muy sentimental y muy transgresora"
"Tras 'Hamlet', el autor debió de entrar en una crisis de pánico"
Como ya viene siendo tradición en esta compañía las últimas representaciones de uno de sus montajes las hacen en el Teatro Español (ocurrió así con Cymbeline y The changeling), con el que se ha hermanado el pasado año.
Donnellan se ha convertido mundialmente en uno de los grandes renovadores de Shakespeare al que, como ya hizo Peter Brook, ha escudriñado con una mirada distinta con la que aporta nuevas lecturas a sus obras. Cómo serán, que público y crítica de los cinco continentes se han rendido a sus pies y le han convertido en todo un gurú escénico internacional.
Esta vez Donnellan, con su inseparable Ormerod aportando la imagen visual, se decidió por Troilo y Crésida "porque es una obra maravillosa, que ya hice cuando era estudiante y porque fue la primera que escribió Shakespeare después de Hamlet", dice en relación a que la historia del príncipe de Dinamarca fue un éxito grandioso: "El autor debió entrar en una crisis de pánico e intentó después hacer algo aún más ambicioso, aunque insistió en hablar de gente que no es capaz de hacer algo; quiso plasmar la tragedia del mundo y puso en ella todos los personajes protagonistas de La Iliada de Homero, de ahí que sea tan complicada y tenga tantos personajes", señala de esta historia en la que también se trufan los amores de sus protagonistas.
Unos amores de los que no se habla en la antigüedad, pero sí en obras medievales y renacentistas. Pero hay más razones para explicar la pasión de Donnellan por este texto de guerras, intrigas, caos, celos y desamor: "Además tiene una segunda parte sublime y la obra, que rompía con las reglas del drama, ha estado fuera de moda hasta casi el final del siglo XX", dice de este texto que abordó después de montar las obras de Shakespeare "más fáciles".
De hecho prácticamente no se ha representado durante siglos: "Es una historia muy amarga sobre la guerra", señala de este texto que se adentra en la guerra de Troya, "fue después de la Segunda Guerra Mundial que la gente entendió muy bien la obra, que es muy sentimental y muy transgresora..., por eso es tan difícil de montar y por otra parte no es nada popular, porque destruye todos los clichés del amor romántico", señala el director, a lo que añade Ormerod: "En realidad habla de una guerra moderna, que sólo hoy se entiende, ya que se trata de una coalición de países occidentales que atacan a un país de Oriente, y los protagonistas no son héroes, son seres humanos, es muy actual todo, por eso hemos utilizado imágenes de soldados contemporáneos", dice del espectáculo que cuenta con 16 actores que interpretan muchos personajes más, entre los que se encuentran Alex Waldmann, Anthony Mark Barrow, Lucy Briggs-Owen y Marianne Oldham, entre otros. Todos de altísimo nivel.
Eso sí, que nadie piense que Donnellan con sus trabajos quiere contar algo al mundo: "Nunca pienso eso, sólo quiero compartir algo con el público, pero mi papel no es dar sermones a la gente, no soy un cura ni un político, sólo quiero preguntarme cosas, cuestionarme todo y no dar respuestas de ningún tipo".
Le gusta hablar de la obra. De Troilo y Andrómaca dice que de niños son hijos de famosos, lo que les provoca todo un trauma: "Es algo verdaderamente moderno, que lo vemos hoy en muchos famosos, y entonces ser hijo de Aquiles significaba vivir bajo la sombra de los padres". También destaca que algunos de estos personajes shakespearianos sufren el trauma de vivir en tiempos de paz: "Y ése también es un trauma actual y moderno; no hay más que ver cómo los suicidios crecen en tiempos de paz... Y es algo horrible que responde a una sola pregunta, ¿qué pasa cuando la batalla pasa y uno se queda sin enemigos externos?", y él mismo responde, "pues que te tienes que encontrar con tus enemigos interiores", dice el director, que tendrá un encuentro con el público (entrada libre hasta completar aforo) el día 26 (a las 18.00) en las Naves del Español de Matadero.
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