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Entrevista:IÑAKI AÑUA | Director del Festival | 32º Festival de Jazz de Vitoria-Gasteiz

"Lo difícil no es elegir el día que vas a ir, sino el día que no vas a ir"

Iñaki Añua (Vitoria, 1943) celebra su trigésimo Festival como director con la energía de un principiante y la experiencia del veterano. El cartel de este año, quizás el más atractivo de los últimos diez años, es el mejor regalo para el aniversario.

Pregunta. A su entender, ¿cuál es la clave del éxito del Festival de Vitoria, que permanece firme ante la avalancha de eventos musicales veraniegos?

Respuesta. Mi planteamiento siempre ha sido el de hacer un festival en el que yo me sintiera cómodo como espectador. Así que, por eso, el Festival se va renovando poco a poco todos los años. Aparecen nuevas secciones que surgen de mi propio interés como aficionado. Me refiero, por ejemplo, a la sección de Jazz del Siglo XXI, en el Teatro Principal, como referente del nuevo jazz.

"La relación de Vitoria con figuras como Marsalis nos ha beneficiado"
"Contamos con tres días de primera y que empujan al resto del Festival"
"Me encontré con Sonny Rollins el año pasado. Está encantado de volver"
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P. La relación casi familiar que establece el Festival con los músicos es otra de las claves.

R. Sí, y eso que a veces también nos recriminan que determinados artistas se repitan; pero considero que esa relación de Vitoria con determinadas figuras nos ha beneficiado, sin duda. Por ejemplo, la presencia desde hace diez años de los profesores de la Julliard School de Nueva York, en su única cita en Europa, que sólo ha sido posible gracias a nuestra amistad con Wynton Marsalis.

P. ¿Cómo surgió la colaboración con la Julliard? [durante la semana del festival, los profesores de esta prestigiosa escuela de música imparten clase en el conservatorio Jesús Guridi de Vitoria]

R. Me considero absolutamente infectado por la obsesión pedagógica de la familia Marsalis y fue Wynton quien me convenció para que organizara unos cursos que se han convertido en un referente para los músicos de jazz. Había conseguido que en esa prestigiosa escuela se incluyeran los estudios de jazz, pero también solicitó que sus profesores impartieran su experiencia en otros lugares del mundo, y Marsalis eligió Vitoria.

P. El Festival también ha conseguido la transformación de la vida de Vitoria.

R. La ciudad recibe miles de visitantes que abarrotan los hoteles, pero también se transforma porque muchos vitorianos se piden una semana de vacaciones para disfrutar de unas jornadas que no ofrecen descanso. Eso sí, el programa respeta la siesta, que siguiendo el tópico, goza de merecido prestigio.

P. Se le ve especialmente satisfecho con el programa de este año.

R. El cartel de este año es muy lujoso, sin duda. Lo difícil no es elegir el día que vas a ir, sino el día que no vas a ir. Y no es una frase de marketing. De hecho, hemos batido el record de venta de abonos, lo que confirma que todo el programa de Mendizorroza resulta atractivo. La clave se encuentra en que contamos con tres días de auténtica primera división, que ejercen de motor del resto de la semana.

P. Hablemos de esos tres conciertos estrella. En primer lugar, como ha destacado en más de una ocasión, el de Wayne Shorter y Herbie Hancock, porque la de Vitoria será su única actuación conjunta en Europa. ¿Cómo consiguió coordinar sus agendas?

R. Todo comenzó con la compra en septiembre de 2007 del disco River. The Joni Letters, una obra maestra de Hancock basada en las canciones de Joni Michell, en la que colabora su amigo Wayne Shorter. No van juntos de gira, pero actúan este verano en Europa. Entonces, busco la coincidencia de ambos. Los dos son buenos amigos, así que no fue muy difícil, sobre todo porque firmamos el contrato antes de que a Herbie Hancock le dieran un doble Grammy por esa grabación. Eso sí, todo parte de tener la idea antes que otros directores de festivales de jazz. Otra idea celebrada es la noche Mujeres en el jazz, con María Schneider y Cassandra Wilson.

P. El segundo referente es el único concierto de Sonny Rollins en España. Después de presentarse hace dos años, ¿qué le ha llevado a traerlo de nuevo?

R. Me encontré con él en Estados Unidos, después de un concierto el pasado otoño, cuando pasé a saludarle a los camerinos. Todavía se acordaba de la boina que le había regalado en 2006. Me dijo que no se la quitaba. Mientras charlábamos, decidí que tenía que volver al Festival. Teniendo en cuenta su edad, no puedo esperar cinco años para su regreso. Así que se lo propuse. Sonny, que es un hombre con las ideas muy claras, me respondió encantado.

P. En tercer lugar, la noche dedicada a la bossa nova.

R. En esta ocasión, desde septiembre de 2007 el cuerpo nos pedía bossa nova. Y luego, coincidió que en este año se celebra el 50 aniversario de la grabación de Chega de saudade, la famosa canción de Antonio Carlos Jobim que interpretó Joao Gilberto. Lo que ha sido una sorpresa es que el público también tenía ganas de festejar todo esto: es el concierto del que se han vendido más entradas.

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