"El niño hizo que me mataran"
Las acusaciones suben a 25 años su petición de cárcel para el acusado de matar a un bebé que le tocó la videoconsola
"El niño hizo que me mataran". Esta frase, que Luigi Durán pronunció en la primera sesión del juicio que se ha seguido contra él en la Audiencia de Tarragona por matar a golpes al hijo de su compañera sentimental, un bebé de 11 meses, porque el niño le tocó la videoconsola cuando él estaba jugando, fue repetida ayer por su abogado defensor. El letrado quiso recordársela al jurado popular que deberá dictar el veredicto porque constituye el fundamento de su defensa: Luigi, un joven dominicano de 19 años, confundió la realidad virtual con la real y respondió con una muerte real a la muerte virtual.
Según su abogado defensor, sufrió un trastorno de enajenación mental transitorio a causa del estrés que le causaron varios días y noches jugando de forma casi ininterrumpida al videojuego Mortal combat, de una violencia "aterradora", de acuerdo con la expresión utilizada ayer por el fiscal. Por ello, el defensor pidió la absolución de su cliente o, en su defecto, una pena de dos años de cárcel por "homicidio preterintencional", una figura delictiva que el letrado entiende adecuada porque cuando Luigi Durán agredió al niño, sí intentó lesionarle, pero no matarle.
Pidió perdón a los familiares del bebé, principalmente a la madre del niño
Eso mismo dijo el acusado, cuando la juez, terminada la vista, le invitó a acercarse al micrófono por si tenía algo que decir. "Yo al niño lo amaba", fue su frase más repetida en un alegato en su propia defensa que se prolongó unos cinco minutos. "Nunca en la vida me pasó por la cabeza hacer algo así". "Que quede claro que nunca, nunca quise hacer eso". "Nadie puede matar a alguien que ama", fueron algunas de sus frases ante el tribunal popular y los jueces. Y concluyó pidiendo perdón "a todos los familiares [del bebé], principalmente a su madre", Jessica, que estaba embarazada cuando se produjeron los hechos, el pasado 1 de septiembre, de Anabel, la hija del acusado, que ahora tiene seis meses.
La adicción a los videojuegos violentos, de los que tenía 60 en su casa y pósteres en su habitación, no fue un argumento aceptado como eximente ni por el fiscal, que mantiene su petición de 20 años de prisión, ni por las acusaciones particulares, ejercidas por la Generalitat y la madre del pequeño. Los abogados de la Generalitat y de la madre elevaron ayer su petición de condena de 20 a 25 años de cárcel, la pena máxima porque han añadido el ensañamiento a las dos agravantes que ya preveían en sus peticiones provisionales: alevosía y parentesco.
El fiscal, en su exposición final, resaltó que el acusado era "plenamente consciente" de sus actos y consideró, además, que actuó con "dolo eventual" porque sabía que los golpes que presuntamente le dio al bebé durante unos cinco minutos podían causarle la muerte, debido a la fragilidad de la víctima.
El fiscal entiende que la culpabilidad del acusado, que tenía 18 años cuando se produjeron los hechos, ha quedado probada por los relatos del propio acusado y los testigos y por la autopsia que se le practicó al bebé.
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