Los centros de menores tendrán menos plazas y se ubicarán en zonas urbanas
El Gobierno unifica las pautas de atención para mejorar la integración
El Gobierno ha puesto freno a la tentación de las diputaciones de construir grandes centros de acogida para los menores desprotegidos.
El nuevo decreto del Ejecutivo que regula este tipo de residencias abiertas en Euskadi establece que los menores, en su mayoría inmigrantes, deberán ser atendidos en centros de menor tamaño y con más educadores que en la actualidad. El objetivo es facilitar una atención más individualizada para lograr una integración social más exitosa. Las diputaciones son las que legalmente se encargan de la tutela de este colectivo, en el que se incluye los menores extranjeros que recalan en Euskadi sin padres.
Frente a algunos centros de 40, 50 y hasta 70 plazas que existen en estos momentos, el decreto estipula que deben oscilar entre 11 y un máximo de 24. El texto da un plazo de cuatro años a los centros forales o convenidos para adaptarse a la regulación. Si no lo hacen, tendrán que cerrar.
La norma, que unifica y homogeneiza la atención a este colectivo en los tres territorios, determina la existencia de cuatro tipos de recursos de acogida: las residencias, que deberán tener un máximo de 24 plazas (10 en el caso de adolescentes con problemas de conducta); los pisos de acogida (ubicados en viviendas ordinarias), con un máximo de 10 plazas; centros de preparación para la emancipación (hasta 30 plazas) y pisos de emancipación, con un máximo de ocho. El viceconsejero de Asuntos Sociales, Fernando Consuegra, explicó que los centros grandes no facilitan una atención individualizada. Al contrario, todo resulta más impersonal y los objetivos de integración también se vuelven más complicados. "Para las diputaciones resulta más barato un centro grande y tenían la tentación de ir en esa línea. Pero no es la solución", indicó.
Además, puntualizó que deben ubicarse en los centros urbanos, "integrados en las ciudades, pueblos y barrios. Nada de ponerlos en lo alto del monte y alejarlos de todo". Para conseguir esa atención individualizada se reduce el número menores por educador. En algunos casos, como el de los que sufren graves problemas de conducta, el ratio será de un profesional por cada dos internos.
El decreto no distingue específicamente centros para menores extranjeros no acompañados, una realidad emergente y que causa grandes problemas a las diputaciones. "Para nosotros", resaltó, Consuegra, "todos los menores son iguales". Sin embargo, admitió que se pueda dar la circunstancia de que diferentes centros se llenen sólo con inmigrantes. Es el caso del polémico Zabaltzen de Vitoria, donde sólo hay extranjeros y que enfrenta a la Fiscalía con la Diputación alavesa por la saturación. En la actualidad existen 1.200 plazas en centros de acogida, todas ellas ocupadas.
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