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"Tenía las clavículas peladas por la cadena"

Ingrid Betancourt cuenta su vida cotidiana como rehén de la guerrilla

"De noche nos ponen las cadenas, y entonces, si tenemos un guardián de mal humor, nos la pone tan apretada que no nos deja dormir. Pero uno, de pronto, puede negociar. Yo logré que me pusieran la cadena en el pie porque no conseguía dormir. Las cadenas y los candados eran muy gruesos. Yo terminaba con las clavículas peladas por el roce de las cadenas".

Ingrid Betancourt desgranó ayer en conferencia de prensa antes de partir a París los dolorosos detalles de una jornada cualquiera de sus seis años de cautiverio en manos de la guerrilla de las FARC.

Betancourt relató el miedo a los escorpiones, la ausencia total de intimidad, la terrible monotonía del encierro y "lo peor de todo", las marchas de 10 horas por la selva desde el amanecer hasta la noche "con la ropa absolutamente mojada".

La ex candidata presidencial colombiana reconoce que hubo momentos en los que sintió ganas de matar, porque "la muerte es la compañera más fiel del secuestrado".

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