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Reportaje:

Embajadores del gallego

18 extranjeros aprenden el idioma en un curso de la Universidad coruñesa

Dicen que el amor mueve montañas. O tumba fronteras, como en el caso de la mayor parte de los 18 extranjeros que iniciaron ayer un curso de verano sobre la lengua y la cultura de Galicia en la Universidade da Coruña. Los autores de Que me queres, amor? o Os vellos non deben namorarse, Manuel Rivas y Castelao, fueron los alicientes, además de la obra de Suso de Toro, para que una joven estadounidense, "enganchada" a la literatura gallega, se apuntase a las 80 horas lectivas en menos de 20 jornadas de esta segunda edición veraniega de gallego destinada a universitarios de otras latitudes.

Para la rusa Yana, licenciada en Filología Francesa, o para la francesa Nadia, que va a iniciar Turismo tras finalizar Filología Inglesa, fue el amor por un gallego y planes de "a lo mejor quedarse" en A Coruña lo que las llevó a recalar este mes de julio en un aula para aprender la lengua autóctona de la tierra de sus amados. Y el aprentizaje del gallego y su cultura, gracias a las becas financiadas por la Secretaría de Normalización Lingüística de la Xunta, permitirá continuar juntos parte del verano a Yana y Bernardo, una pareja de estudiantes de Chequia y Brasil que iniciaron su romance el pasado curso en los anfiteatros de Santiago.

Rusia gana por goleada en el lugar de procedencia de los alumnos: cuatro
La profesora habló de "la complicada situación del gallego en A Coruña"

Y cuando no es el amor, es la proximidad con el portugués lo que movió a otros de los jóvenes, en su inmensa mayoría mujeres llegadas de Reino Unido, Extremadura (donde se imparten cursos de gallego), Polonia o Bulgaria. Gana por goleada Rusia en el listado de lugar de procedencia, con cuatro de los 18 inscritos en esta sesión veraniega del campus coruñés. Hasta el 24 de julio, los estudiantes compaginarán las clases típicas de aprendizaje de un idioma con actividades culturales, conferencias con escritores y profesores. Además de visitas a "realidades" galaicas, como un servicio de normalización lingüística de un ayuntamiento mediano, en este caso el de Betanzos, una fiesta gastronómica como la de los callos en Vimianzo a mediados de julio o recorridos por lugares donde la inmersión lingüística en el gallego está garantizada como la Costa da Morte o el centro de Santiago.

Yana y Bernardo asienten cuando una de sus jóvenes profesoras les explicaba ayer que en la capital de la comunidad autónoma hay gallego-parlantes que ni siquiera usan el castellano para dirigirse a un extranjero. Nada que ver con "la situación socio-lingüística complicada del gallego en A Coruña", destacó, en la primera toma de contacto con sus nuevos alumnos, la directora de este curso de verano, la profesora Carme Fernández Pérez-Sanjulián.

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Y es que la capital coruñesa, donde estos 18 universitarios van a pasar el mes de julio -la mayoría no la conocen-, es un buen ejemplo de "la contradicción y los problemas que hay con el gallego". "Es el idioma mayoritario de la sociedad, pero en esta ciudad no está a la vista. No van ustedes a escuchar gallego como lo esperaban, socialmente" en la segunda ciudad más importante de Galicia, explicó Carme Fernández.

Diogo, un brasileño que acaba de finalizar un máster de Banca y Finanzas en A Coruña, se apuntó a este curso veraniego de gallego precisamente para aprender un idioma que oyó hablar más bien fuera de la ciudad y que, en contra de lo se pudiera pensar, le cuesta mucho trabajo entender. "Trabajé en la hostelería y las personas mayores sí que hablan mucho en gallego y no les entiendo casi nada", apunta. Tampoco la comunicación fue fácil con un amigo, gallego-parlante, con el que va a jugar al fútbol. "El acento hace que sea difícil entender el gallego y para un gallego entender a un brasileño. Hay menos problemas con el portugués de Portugal", reseña Diogo.

A diferencia de la Universidade de Compostela, en el campus de A Coruña sólo se organiza este tipo de cursos para extranjero desde 2007, gracias a un convenio con la Xunta. Y es que una lengua como la gallega, "marginada y subordinada durante siglos", necesita de estos esfuerzos de las instituciones para "ganar espacio propio y volver a la normalidad", explicó ayer a los alumnos extranjeros el director del Servizo de Normalización Lingüística de la Universidad coruñesa.

Una estrategia que requiere también ampliar fronteras. "Vais a ser embajadores de Galiza. Vuestro objetivo es llevar el idioma gallego por el mundo adelante", retó la profesora Fernández Pérez-Sanjulián. Pocos de sus jóvenes interlocutores, en la charla inicial del primer día de clase, entendieron sus palabras en un idioma que confiesan no dominar, ni siquiera los que hablan en un fluido portugués.

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