Milagros de Bill Gates
Por importante que sea la noticia de que Bill Gates se prejubila, habría que prestar más atención a las declaraciones del consejero delegado Steve Ballmer, en cuyas manos quedará a partir de ahora Microsoft. Ballmer ha explicado que la prejubilación de Gates no significa que "desaparezca de la faz de la tierra", sino que estará en su despacho un día por semana. Con esta simple frase, Ballmer ofrece más información de la que cabría esperar de boca de un directivo habituado a la discreción. Para empezar, y tal vez sin darse cuenta, el consejero delegado de Microsoft ha venido a decir que, hasta ahora, Bill Gates acudía a su despacho más de un día de cada siete. En cualquier otra compañía el dato podría resultar irrelevante. No en Microsoft, cuyos productos resultan imprescindibles para la promoción del teletrabajo. Gracias a Ballmer, se sabe que Gates no lo practica.
Además de este dato, el nuevo responsable de Microsoft ha revelado dónde se halla, en su opinión, y tal vez en la de la compañía, la faz de la tierra. En contra de lo que se venía pensando hasta este momento, se encuentra en los despachos de Microsoft. De tanto lidiar con los mundos virtuales, Ballmer le ha dado la vuelta a la noción de realidad, hasta el punto de que si Gates hubiera decidido retirarse y no ir más a su despacho, el resultado habría sido equivalente al de apearse del mundo.
En la lógica de Ballmer, la prejubilación de Gates le convierte en un aparecido, a medio camino entre el alto ejecutivo y el fantasma, cuya manifestación en carne y hueso se verificará regularmente una vez por semana. El presidente de Microsoft ha anunciado, por su parte, que dedicará su tiempo a la filantropía. No es mala ocupación para quien dirige una fundación con un presupuesto mayor que el de muchos Estados.
Puesto que Bill Gates se consagrará a hacer el bien los días en que no acude a su despacho, es decir, los días en que abandona la faz de la tierra, podría darse el caso de que los beneficiarios de sus benevolentes iniciativas las confundan con milagros. Conviene desmentirlo de raíz: el fundador de Microsoft es uno de los hombres más ricos del mundo. Pero la realización de milagros no se encuentra entre sus muchas potestades.
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