_
_
_
_
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Verano en Madrid

Seguramente en verano leen incluso los que no leen. No es sólo por tener más tiempo libre, es que el calor encierra alguna propiedad o cualidad que hace que apetezca meterse en las historias que nos llegan del papel, de la letra impresa, del libro sobre la toalla o del libro sobre la arena, y por eso el propio verano, con el calor y las olas azules o los destellos de un río y el sol cegador se han colado en las mismas páginas que leemos. Desde el agobio y aturdimiento que sufre Meursault, en El extranjero, de A. Camus, pasando por las delicias de La playa, de Cesare Pavese, por El jardín de los Finzi Contini, de G. Bassani, por las casas alquiladas junto al mar de J. Cheever, por Insolación, de nuestra E. Pardo Bazán, o El Jarama y Tormenta de verano, de los también nuestros y admirados R. Sánchez Ferlosio y J. García Hortelano. Y más lecturas aún como Buenos días, tristeza, Luz de agosto..., que nos propone Manuel Rico desde una novela que hay que añadir corriendo a la literatura nacida de las sensaciones de una estación que forma parte de la educación sentimental y de la iniciación a la vida de los españoles.

Desde el presente siempre intentamos completar un pasado que ya es irreversible
La sierra norte de Madrid es el magma en que los deseos y pensamientos de los personajes se alimentan

Una novela sobre el verano y sobre Madrid, que se llama sencillamente Verano (Alianza Editorial).

La historia transcurre envuelta en las sensaciones y olores del verano en una urbanización de la sierra de Madrid llamada La Tejera. Allí algunos cuarentones, algunos con hijos, que arrastran una amistad desde la universidad, crean una pequeña comunidad de recuerdos comunes y de una inevitable nostalgia que planea sobre lo que se ha hecho en el pasado y también sobre lo que se ha dejado sin hacer, sin resolver. Es una novela sobre la memoria, pero sobre todo sobre esos huecos de la memoria que hacen que las piezas de nuestro pasado no encajen del todo. De hecho, desde el presente siempre intentamos completar un pasado que ya es irreversible. Y precisamente a hacerlo reversible juega Enrique Blasco, uno de los personajes clave de la novela, mientras trata de escribir una novela llamada "una novela en la realidad", que consiste en intervenir en la vida de personas que conoce a través de unas cartas anónimas, lo que desencadena una intriga absorbente y sumamente inquietante que sirve para conectar el transcurso del verano (que centra la acción en un espacio y un tiempo concretos: 1999) con la época universitaria de su grupo, envuelto sin saberlo en un juego siniestro, porque de la misma forma que Blasco interviene en la vida de los demás para escribir su novela y para ajustar cuentas con el pasado, también se descubre que otro personaje, un sujeto oscuro y torcido como los muchos que poblaron el franquismo, había intervenido en la vida de ellos.

Sin querer desvelar incógnitas que consiguen que la narración tire de los lectores mágicamente, sí que diré que las páginas están además llenas de cálidas sensaciones: olores, colores, cambios de temperatura y de un paisaje que ya es una constante en la fina sensibilidad de Rico. La sierra norte de Madrid, que Rico conoce tan bien y que parece que forma parte de su propia naturaleza, no es sólo el paisaje de esta novela, sino el magma en que los deseos y pensamientos de los personajes se alimentan. Porque ante todo es una novela sobre la edad, con todo lo que la edad conlleva: memoria, nostalgia, frustraciones, pérdidas, miedos y también nuevas perspectivas. Trata de ese momento en que ya no hay vuelta atrás, pero en que aún podemos cerrar los ojos y continuar sintiendo el sol, la lluvia y el olor de la noche. Aunque también habla de la soledad y se cuestiona la amistad y el amor, la lealtad y la verdad de unos personajes que vivieron una época muy concreta de la historia de España en que con la represión venía el engaño y la sospecha y que han dejado secuelas de las que no se habla.

La vida es un juego y la novela es un juego y ambas se mezclan en este libro que ha salido de la pericia de Rico, porque fundamentalmente ésta es la novela de un escritor que reflexiona sobre el sentido último de su escritura y sobre el sentido de una sociedad que no puede pasar sin inventar historias. Por eso hay aquí todo un universo de lecturas, de música, de política ("recordaba ahora las tensas veladas en el apartamento de Enrique, reuniones interminables desentrañando a Marx, aplicando sus teorías... Fue una figura en ascenso hasta bien avanzada la transición, llegó a ser diputado comunista"), que afectó a una generación, que ahora tiene hijos ya mayores, los cuales no saben bien de la que se han librado.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_