Urgencias y UVI sin pacientes
Los madrileños apenas llamaron a los servicios de emergencias
Los servicios de emergencias vivieron una jornada más relajada durante el partido de la selección. En el hospital La Paz el número de paciente se redujo a una sexta parte. Frente a los 60 que acuden por término medio a urgencias, los sanitarios sólo tuvieron que atender a 10 enfermos. Igual ocurrió en las llamadas al 061 (teléfono de asistencia médica) que vio como bajaba el número de solicitantes de más de 300 a poco más de 200.
La excepción fue el 112. Este teléfono de emergencias se mantuvo casi sin cambios respecto a un día normal durante el partido con cerca de 2.000 llamadas. El consumo de agua se redujo durante las dos medias partes y se disparó en los 15 minutos del descanso, según datos del Canal de Isabel II.
Mientras, el tráfico siguió con sus trampas durante el tiempo del partido. Como un día normal. Si entendemos como tal justo 24 horas antes, en la semifinal Alemania-Turquía. Este periódico hizo el experimento con cronómetro en mano. El camino de este a oeste (Avenida de América-Moncloa) se cubrió en 9,16 minutos un día antes y en cinco minutos más con España en el terreno de juego.
El recorrido en la M-30 va un poco mejor. Una vuelta en 25 minutos, tres menos que la noche anterior. Algunos coches delante, cinco o seis detrás. Vacía, lo que se dice vacía, ni una calle.
De camino al centro, en la Cuesta de San Vicente, España marca. Festival de pitidos y una bandera que ondea desde un coche naranja. "¡Goool!". En las terrazas de Gran Vía sólo una mesa ocupada. Son turistas. Coches a ambos lados. El autobús urbano que enfila hacia la Cibeles vallada va un poco más vacío que el día anterior.
Último tramo, de sur a norte. Atocha-Plaza de Castilla. Casi 17 minutos durante el Alemania- Turquía. Unos 40 segundos más ayer, porque la grúa de delante reduce mucho la velocidad en Colón, hasta la bandera de forofos. Nunca mejor dicho. Los dos goles siguientes saben a poco. Por la Castellana nadie pita ni luce los colores. Sólo la radio es una fiesta. Hasta que el árbitro señala el final del partido. Y entonces, sí. Gritos, pitidos, la gente se echa a la calle. A pie y en coche. Lo dicho. Madrid no se vacía ni con un 3-0 de España.
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