Rusia busca un acuerdo sólido en la cumbre con la UE

El presidente de Rusia, Dmitri Medvédev, ejercerá por primera vez esta noche y mañana como anfitrión de una cumbre con la UE, que inaugura una etapa en el proceso de redefinición de las relaciones entre dos vecinos que buscan un nuevo entendimiento. En vísperas de la cita en la localidad siberiana de Janti-Mansiisk, Medvédev reiteró el compromiso de Rusia con Occidente al afirmar a la agencia Reuters que su país "se concibe a sí mismo y se determina" como parte de Europa.

Medvédev mostró comprensión ante las diferencias en la UE que han impedido la entrada en vigor del Tratado de Lisboa. "La solidaridad europea crea problemas para el funcionamiento del mecanismo de la UE", dijo. La Unión "no es un socio difícil, sino uno al que periódicamente le surgen las dificultades", añadió.

Medvédev subrayó ayer que su país es el tercer exportador a la UE y el cuarto mercado para los productos comunitarios. El comercio bilateral alcanzó 182.000 millones de euros en 2007 y el 70% de las inversiones directas en Rusia procede de Europa.

El gran reto para la Unión y Rusia es encontrar una forma aceptable de armonizar los aspectos económicos (energía), la colaboración con los políticos (ensombrecidos tras la última ampliación de la UE por los resquemores de los nuevos miembros hacia Moscú) y también los aspectos de seguridad (mermados por el sentimiento de ser excluido que la OTAN, al ampliarse, ha generado en el Kremlin).

Konstantin Kosachov, el jefe del Comité de Exteriores de la Duma estatal, opinaba ayer que el acuerdo, en todo caso, debe establecer de una forma muy clara una "relación entre socios en pie de igualdad".