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El petróleo impulsa los precios industriales y el déficit comercial

Las importaciones siguen fuertes pese a la desaceleración

Claudi Pérez

Los casi 160 litros que caben en un barril de petróleo traen de cabeza a la economía española. Inmerso en una burbuja especulativa y con la cotización disparada por encima de los 130 dólares, el precio del crudo golpea con dureza en España.

Y en especial a uno de sus grandes talones de Aquiles, el agujero exterior. El déficit comercial -la diferencia entre exportaciones e importaciones- creció el 16,3% hasta abril, con 34.876,6 millones de euros, según los datos divulgados por el Ministerio de Industria y Comercio, ante el potente tirón de la factura energética. Pero el petróleo explica muchos otros problemas: el índice de precios industriales creció el 7,9%, la tasa más elevada desde mayo de 1985, por los altos precios del barril de crudo.

Son malas noticias. La fuerte desaceleración de la economía española debería frenar el déficit comercial, el segundo más abultado del mundo tras el de EE UU. Al menos en teoría. "Se esperaba que las importaciones crecieran menos por la caída del consumo. Y que las exportaciones aumentaran más porque las empresas buscan vender en el exterior lo que dejan de vender en España. Las dos cosas se producen, pero el petróleo está estropeando todo eso", sostiene Martínez Lázaro, profesor del IE Business School.

Las exportaciones entre enero y abril ascendieron a 65.395 millones de euros, el 9,9% más que en el mismo periodo de 2007. Y las importaciones se situaron en 100.271 millones de euros, el 12% más que un año antes. El principal culpable fue, una vez más, el petróleo, que contribuyó en 7,2 puntos a ese aumento de las importaciones.

La tasa de cobertura (la proporción de las importaciones que puede pagarse con las ventas al exterior) se ha situado en el 65,2%. "Son los niveles de 1992; el año en que, por cierto, hubo dos devaluaciones de la peseta", explica Martínez Lázaro.

El déficit comercial es ahora aún mayor que en la crisis de los noventa. La diferencia es que el euro permite captar financiación exterior sin que el valor de la moneda genere dudas, como ocurría entonces con la peseta. Pero esa ventaja es a su vez un serio problema. La extrema fortaleza del euro -que ayer seguía situado en torno a los 1,55 dólares por unidad- es uno de los responsables del agujero exterior, porque encarece las exportaciones y abarata las importaciones. La fenomenal apreciación de la moneda europea alcanza el 6% en lo que va de 2008, en el que ha marcado su máximo histórico, por encima de los 1,60 dólares.

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Sobre la firma

Claudi Pérez
Director adjunto de EL PAÍS. Excorresponsal político y económico, exredactor jefe de política nacional, excorresponsal en Bruselas durante toda la crisis del euro y anteriormente especialista en asuntos económicos internacionales. Premio Salvador de Madariaga. Madrid, y antes Bruselas, y aún antes Barcelona.

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