Festivales con Lope o Molière de cabezas de cartel

Se ha abierto la veda de los festivales de teatro clásico. Primero se inauguró la 19ª edición del de Cáceres (el pasado 3 de junio) y a éste le siguen otras muestras en las que Shakespeare, Molière, Lope de Vega y Calderón demuestran que siguen estando de moda. Como Tirso de Molina, Marivaux, Moreto, Racine y otros autores (sor Juana Inés de la Cruz, Guillén de Castro o Feliciana Enríquez de Guzmán) que pueden ser menos conocidos, pero resultan un gran y luminoso descubrimiento para los espectadores.

Hace no tanto costaba lo suyo que festivales de teatro clásico (entendiendo por clásicos textos del XVII, y adyacentes) encontraran espectáculos que incluir en la programación. Obviamente, en el extranjero había dónde elegir, mucho, bueno y muy caro para estas muestras que, salvo excepciones escasas, se nutrían (aún hoy es así en cierto modo) de espectadores de las poblaciones, a veces pequeñas, donde se desarrollaban. Además, el público huía de trabajos en lenguas foráneas.

La situación ha cambiado. Es más, ha dado un giro copernicano. Y al calor de los nuevos tiempos han ido surgiendo festivales de teatro clásico, tras la estela de Almagro (el decano, con 31 ediciones), en ciudades como Cáceres, Alcalá de Henares, San Lorenzo de El Escorial, Getafe, Olmedo, Alcántara, Olite, Niebla, Chinchilla y Almería. Junto a éstas, se dispersan por otras muestras de menor calado y festivales centrados en el periodo grecolatino, como los de Lugo, Sagunto, Itálica, Segóbriga. O el más importante de todos, en Mérida.

Almagro (del 27 de junio al 20 de julio) siempre ofrece estrenos de la Compañía Nacional de Teatro Clásico. Este año, además de Rafael Álvarez El Brujo participará el británico Declan Donnellan, gran protagonista de la muestra con tres de sus excepcionales montajes. Muchos espectáculos son coincidentes en estos festivales y todos tratan de ofrecer estrenos absolutos. Alcalá (hasta el 29 de junio) cuenta con el Hamlet que ha dirigido Juan Diego Botto; La vida es sueño de Calderón, con dirección de Juan Carlos Pérez de la Fuente y Chete Lera como rey Basilio; del mismo autor, La devoción de la cruz, con puesta en escena de Carlos Álvarez-Ossorio; El cuerdo loco, de Lope, dirigido por Carlos Aladro y Juan Ribó e Israel Elejalde en el reparto, y La fierecilla domada, de Shakespeare, con puesta en escena de Mariano de Paco.

En Olite (del 18 de julio al 3 de agosto) se contarán mitos a los niños (El burlador sin sardina) y Emilio Gutiérrez Caba estrenará Sonetos. En Olmedo (del 18 al 27 de julio) podrá verse una adaptación infantil de La dama boba, de Lope. En Cáceres (hasta el 29 de junio) se pondrá en escena La prudencia en la mujer, una deliciosa obra de Tirso dirigida por Alberto González Vergel.

En todos los festivales hay conferencias, talleres y exposiciones, como las ofrecidas en Almagro (hay que destacar De la cazuela a la escena: tres siglos de mujeres en el teatro), en Alcalá (José Hernández y el teatro: 1973-2007) o en Cáceres (25 años de teatro Corsario).

Cáceres, además, ha apostado por la conversión en museo integral de un espacio bajo el nombre de Cáceres evocado, en el que han participado investigadores y estudiosos para transformar el casco histórico en una ciudad del siglo XVII.Declan Donnellan, con tres montajes, será la estrella de Almagro Juan Diego Botto estrena un 'Hamlet' en la muestra de Alcalá de Henares