La vida antes del BCE
Se cumple ahora un año desde que se inició la crisis crediticia. Hay quien sitúa ese comienzo en agosto de 2007, coincidiendo con su primera erupción espectacular que obligó al Banco Central Europeo (BCE) a inyectar un volumen ingente de fondos y así salvar al sistema financiero del colapso. Sin embargo, los primeros síntomas de que algo grave estaba sucediendo se manifestaron el año pasado por estas mismas fechas, cuando se supo que dos fondos de inversión libre promovidos por el banco de negocios norteamericano Bear Stearns acumulaban pérdidas tan elevadas que los bancos que le habían prestado dinero habían comenzado a exigirle más garantías o a apoderarse de las garantías existentes (un proceso que suele llevar a la liquidación del fondo).
La situación actual está favoreciendo a los 'hedge funds' interesados en invertir en el sector del crédito
Durante los dos meses que faltaban hasta que se produjera la erupción definitiva de la crisis se fue sabiendo que esos dos fondos de Bear Stearns terminarían siendo liquidados con pérdidas de entre el 90% y el 99%, un augurio de lo que terminaría sucediéndole al propio banco que los había promovido. Los primeros síntomas de malestar grave se habían manifestado incluso antes, en marzo de 2007, cuando el banco suizo UBS anunció las pérdidas de su filial norteamericana Dillon Read especializada en hedge funds.
Se trataba en ambos casos de fondos de inversión libre que habían hecho apuestas equivocadas en el terreno de las que habrían de hacerse tristemente famosas hipotecas subprime (de baja calidad) norteamericanas. De hecho, de todos los hedge funds que se han topado con dificultades desde hace un año, la mayoría son fondos que invertían a través de uno u otro vehículo en créditos que los bancos tradicionales sacaban de su balance.
¿Hay futuro para este tipo de fondos de inversión libre especializados en invertir en crédito? Parece que las dificultades que aún siguen manifestándose en los mercados crediticios favorecen ahora a los hedge funds interesados en esta clase de inversión ya que la urgencia de los bancos por deshacerse de parte de los créditos que tienen en su balance les permite iniciar las negociaciones en condiciones favorables.
Otra alternativa inversora para este tipo de hedge funds interesados en el crédito es prestar directamente a empresas que en este momento no pueden obtener financiación a través de los bancos. El endurecimiento del mercado crediticio les posibilita ahora el obtener una rentabilidad superior incurriendo en un riesgo más bajo. ¿Cómo? Exigiendo unas garantías más elevadas. En palabras del gestor de uno de estos fondos, Matthew Hoffman, de Weston Capital, hasta el doble del valor del préstamo. Las garantías pueden ser diferentes, desde un edificio hasta las facturas por cobrar o las pólizas de seguro de vida, y desde las existencias del negocio hasta su maquinaria y equipo. -
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