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Reportaje:

Diez agitadores en Malasaña

Son jóvenes y siembran la ciudad con acciones creativas - Mañana 'plantan' flores de papel hechas por los vecinos

Quizás se haya encontrado con ellos alguna vez entre Gran Vía y Sol. Son los artistas locos que sueltan globos gigantescos por la calle, o los que enganchan un "jardín flotante de papel" en los respiraderos del suelo y echan a correr cuando llega la policía. O los que se enfundan en un mono naranja y se pintan de clowns para hacer perrerías a los viandantes. También son los mismos que instalaron una jaima en Aranjuez, donde se proyectaba en una pantalla los ojos de algún transeúnte anónimo para descifrar qué transmitía esa mirada al público.

El colectivo Manifesto (www.mani-festo.com) se formó hace 10 meses como "grupo independiente sin ánimo de lucro, cuyo único fin es la creación". Desde entonces, cuatro mujeres y seis hombres jóvenes (de 22 a 33 años), desencantados con sus trabajos por encargo, crean colectivamente mediante tormenta de ideas y por el mero placer de hacerlo. ¿A quién se le ocurrió? A Fermín Álvarez, de 24 años, director de arte en una empresa. Contactó hace 10 meses con un par de compañeros de facultad, y luego con una amiga y su novio... Y así. Les cuesta dar detalles, porque funcionan de manera asamblearia. Ninguno quiere ser protagonista.

Tienen más carreras que nombres: aseguran ser fotógrafos, diseñadores, coreógrafos, arquitectos, pintores, escenógrafos y actores cuyas intervenciones artísticas se dirigen directamente al público. ¿A que no te atreves a jugar con globos? ¿A que no te atreves a mirar a los ojos de un desconocido? O a cultivar un jardín de papiroflexia, como harán mañana en la plaza de San Ildefonso, en Malasaña, a partir de las 11 y hasta las tres de la tarde. Allí se instalarán, en 360 metros cuadrados, las 6.000 flores elaboradas por los vecinos, acompañadas por el jazz de alumnos de la Escuela de Música Creativa.

"Hace algunos meses creamos un jardín flotante con flores de papel atadas con hilos al respiradero de la calle de Preciados, para que se elevasen con el aire. Y aunque a la gente le encantaba, llegó la policía enseguida y tuvimos que salir corriendo porque no teníamos permiso. Así nació la idea de hacer otro jardín y buscamos algún colectivo que se implicara", explica Fermín.

Su propuesta llegó a oídos de la Empresa Municipal de la Vivienda, encargada de la rehabilitación urbana, y surgió la colaboración con la mesa vecinal de Malasaña. "Nos parecía muy interesante implicar a la gente del barrio en la recuperación de un espacio deteriorado como es la plaza. Por eso hablamos con los colegios de la zona, los centros de mayores, el refugio de sin techo y asociaciones de vecinos, para que entre todos hicieran las flores de papel", añade Ángela Hermosa, de 23 años y gravemente desencantada por su carrera de Comunicación Audiovisual.

La intervención en el Jardín de las Maravillas ofrecerá la posibilidad a los viandantes de hacer allí mismo sus propias flores de papel y atarlas a globos llenos de helio. Después se lanzarán los globos al aire para que caiga una lluvia de flores cuando exploten sobre la ciudad.

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Manifesto prepara una acción publicitaria para una conocida pastelería de Madrid. "Consistiría en tallar azucarillos gigantes, soplar caramelos templados como si fuera vidrio para después introducir leds (diodos de luz) y hacer una guirnalda con ellos en toda la calle. También haríamos marionetas con pan en el escaparate y un mural de dulces". Quizá usted lo vea, al pasar, algún día, este verano.

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