Faenando a puntita de gas
El 'Novo Cazador' vuelve a la mar tras 12 días de amarre de protesta
A la misma hora que la selección saltaba al campo para enfrentarse a Grecia en la Eurocopa, los siete tripulantes del Novo Cazador llegaban a la dársena de Oza (A Coruña) para salir a faenar. Luis, marinero de Malpica, es un futbolero impenitente. Ha remoloneado en el bar para ver los primeros minutos porque la televisión del barco no sintoniza todas las cadenas. "España ya ha tenido un par de ocasiones claras", saluda al llegar.
Este barco de cerco de 19 metros de eslora llevaba 12 días atracado. La flota de bajura se sumó el pasado día 8 al amarre de protesta por el elevado precio del carburante. El Novo Cazador ya había salido el día antes, nada más descolgarse la bajura del paro. "No nos ha quedado más remedio y la altura lo entiende. Los marineros de bajura andan al tanto por ciento, al día. Si no sales, la tripulación se enrola con el que lo haga", comenta Manuel Cazador, el armador. De las capturas de cada día, el 60% pertenecen al empresario y el 40% a la marinería, tras descontar previamente los gastos de Seguridad Social. "También hay que desempeñar los 1.200.000 euros que costó el barco hace cinco años". Los 500 litros de gasoil que se consumen a diario corren a cuenta del armador.
"La flota de altura lo entiende: los marineros andan al tanto por ciento"
El barco no agota el cupo de capturas: "Tenemos que ahorrar gasoil"
Manuel Cazador es nieto de patrón. Sus diez hermanos viven de la pesca, como sus tres hijos y sus tres nietos. Manolito lo sustituye ahora en el puesto de mando. De sus 28 años, 13 los ha pasado en el mar. La familia ha sufrido muchos embates de mar, pero el armador, de 52 años, no recuerda "un momento tan negro como este".
A las 21.30 horas del miércoles el Novo Cazador zarpa de la dársena de Oza. "Tendríamos que haber salido al mediodía y a estas horas estar en Ortegal. Me han chivado que hay mucha sardina esperando, pero tenemos que quedarnos cerca para ahorrar combustible". Dos tripulantes son de Laxe, dos de Malpica, uno de Arou, una de Senegal y otro de Perú.
Mario, el largador y contramaestre, espera atento en popa al instante certero para soltar redes: "Hay que hacerlo muy rápido. Las sardinas tienen una vista increíble". Los barcos apagan las luces antes de que el cerco se vaya al agua para que no avisten la trampa. A cinco millas al Norte de la Torre de Hércules comienza una actividad frenética tras largar el aparejo de 600 metros de largo y 100 de alto. El patrón apaga el motor. La red se enreda y el patrón se desespera. Durante más de una hora los siete marineros fatigan el cuerpo mojado hasta meter en 90 cajas unos 1.800 kilos de sardina.
"Una de las cosas increíbles es que se siga vendiendo por caja y no por kilos como en el País Vasco. En teoría van 25 kilos, pero siempre son más porque te piden que las llenes y ahí empieza la picaresca". Manuel Cazador tiene buenas sensaciones. Se acerca la sardiñada de San Juan y suele dispararse la demanda y el precio. Cada hombre puede llevarse esta noche a casa 400 euros.
El segundo lance se realiza cerca de otras siete embarcaciones de cerco, con un botín de 230 cajas de jurel. A las 3.30 horas se concluye la faena. El cupo de capturas es de 7.000 kilos de cada especie, pero "hay que ahorrar gasoil". "Esto se arreglaba poniendo un precio mínimo de 0,50 euros por kilo, que llegase a un euro en época alta. No es lógico que más tarde en el mercado se pague a ocho".
El Novo Cazador, zarandeado por una marejadita, pone rumbo a Sada, como hizo anoche. La radio anuncia que la lonja de A Coruña funciona después de días inactiva. Su llegada es recibida en el muelle por las fuerzas del orden. "Ha llegado un barco y está todo tranquilo", se escapa de un walkie-talkie.
La subasta se ha parado a 45 euros la caja de sardina de 25 kilos y a 30 la del jurel. Al final los mayoristas tiran el precio. Al final vende las cajas a 8 euros, porque el jefe de cancha no quiso almacenarlas en el frigorífico. "Dijo que estaba lleno de palés". La soldada de los marineros se queda en unos 200 euros. Y Luis se ha perdido la remontada de la selección.
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