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Crítica:LA PELÍCULA DE LA SEMANA
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Heridas y cicatrización

Carlos Boyero

Hace meses que tengo reposando al lado de mi cama la novela de Sandro Veronesi Caos calmo. Sospecho que se va a aburrir de mi absurda pereza. Me dejó tan agridulce y perdurable sabor de boca la película, degustada por primera vez en el festival de Berlín, que rehúyo establecer las casi siempre odiosas y tediosas comparaciones. Más injusticias. Está dirigida por un señor llamado Antonello Grimaldi, pero, inconscientemente, siempre asocio su autoría con el inconfundible mundo de Nanni Moretti, que se ha limitado a coescribir el guión y a protagonizarla. No es la primera vez que me ocurre. El tercer hombre la escribió Graham Greene, lleva la firma del notable Carol Reed, pero su atmósfera, su hipnosis, su planificación, su aroma, su complejidad, el fascinante monstruo Harry Lime, llevan el sello de Orson Welles. Ése es el riesgo y la ventaja de otorgar demasiado protagonismo en tus movidas a personalidades tan absorbentes y poderosas como la de los referidos.

CAOS CALMO

Dirección: Antonio Grimaldi.

Intérpretes: Nanni Moretti, Valeria Golino, Isabella Ferrari, Alessandro Gassman, Blu Yoshimi, Hippolyte Girardot.

Género: drama. Italia, 2008.

Duración: 112 minutos.

Entiendes el vértigo de ese hombre a punto de rotura, su miedo, su confusión
Lo único que tiene sentido para él es estar al lado del colegio de su hija
Más información
Bajo la alargada sombra de Nanni Moretti

Ocurren muchas y trascendentes cosas en Caos calmo. Incluye un salvamiento, una muerte súbita, una devastación interna, una parálisis emocional, un volcán de dolor que acaba estallando, una catarsis, un conomiento íntimo entre un padre y su niña, una nueva e insólita forma de relacionarse con el mundo, un caos moral en aparente y sorprendente calma, una oportunidad de redención, un acto de afirmación.

Lo anterior puede resultar enfático, pero está tratado con cercanía emocional, con un inteligente y sensible lenguaje visual, con una humanidad que facilita la identificación del receptor, que entiendas el vértigo de ese hombre a punto de rotura, su desconcierto, su miedo, su confusión.

Paralelamente a cuestiones tan intensas y lacerantes, Nanni Moretti (perdón, el subconsciente me vuelve a traicionar, quería decir Grimaldi) describe un micromundo con sabor, repleto de miradas, de pequeños y elocuentes gestos, de sensaciones. El escenario es un parque en el que el megaejecutivo vaguea y observa la vida. Porque lo único que tiene sentido para ese cerebro y ese corazón a la deriva es estar al lado del colegio de su hija, proteger su orfandad, ofrecerle cercanía física y espiritual, espantar sus vacíos y sus monstruos. En ese espacio abierto, el que ha padecido la tragedia, el que se supone que necesita comprensión y ayuda recibirá confidencias sentimentales de todo cristo, de colegas problemáticos y de desconocidos tiernos, de tiburones y palomas, de una cuñada entrañablemente neurótica y de un cálido hermano que va de molón. Esperando a su cría, esperando que el sufrimiento se desborde, esperando ese no sé qué, esperando...

Caos calmo es una película gratamente rara, lírica, sutil, aromática, creíble, triste, alegre, profunda, ligera, imprevisible (el caos se permite el exotismo de acercarse al porno en una secuencia insólita), cotidiana, excepcional, dura, tierna. Te hace sonreír, te conmueve, te toca la fibra, perdura en la retina.

Es admirable la interpretación de Nanni Moretti, la interiorización de su dolor, las emociones que expresa, su crisis, su sorpresa y su alivio ante la resurrección. Pero su personaje y sus circunstancias te suenan a déjà vu. Para bien. Te acuerdas inevitablemente del inconsolable dolor y la necesidad de sobrevivir de La habitación del hijo. Y en la revolucionada forma de mirar el mundo del ejecutivo afligido, en su milagrosa curiosidad hacia la gente anónima que comparte su parque, en sus reflexiones, hay mucho de Caro diario y de Abril.

Caos calmo logra que no te muevas de la butaca hasta el último de los créditos finales. Un síntoma clarificador. Al menos para mí.

Nanni Moretti (izquierda) y Valeria Golino, en un fotograma de <i>Caos calmo. </i>
Nanni Moretti (izquierda) y Valeria Golino, en un fotograma de Caos calmo.
Caos calmo es el que Pietro Paladini tiene en su corazón desde que ha perdido a su mujer, LaraVídeo: ELPAIS.com

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