Curarse en salud

Es de entender y de agradecer la rapidez con la que el Partido Socialista Obrero Español ha expulsado de sus filas al alcalde de Estepona, detenido por estar supuestamente relacionado con una trama de corrupción urbanística. Pero no es suficiente. No es lógico que un partido que ha amparado a personas implicadas en asuntos tan turbios como éste, evada toda responsabilidad retirándoles su condición de militantes.

No podemos olvidar que en este último caso, el alcalde y militante del PSOE había pactado en 2003 con antiguos integrantes del GIL para conseguir la alcaldía de un municipio que siempre ha estado bajo sospecha; y seguro que la dirección autonómica y federal del partido estaban al tanto de ello. Ahora que vienen épocas de congresos en el seno de los dos principales partidos de ámbito nacional, ¿no sería conveniente que realizaran una reflexión profunda sobre las personas que, bajo su condición de afiliados, ostentan cargos públicos de relevancia en provincias y municipios "señalados" y pactan con políticos de dudosa entidad en estos ámbitos?

De paso, tampoco estaría de más que, sobre todo aquellos que como el PSOE más agitan la bandera de la honradez y la transparencia, fueran más cuidadosos a la hora de elegir a sus candidatos y candidatas, y que pensaran que, en cuestiones tan turbias es mejor curarse en salud, por su bien, pero sobre todo por el de esos ciudadanos y ciudadanas que dicen defender y representar.