Nervios a prueba de Selectividad

Unos repasan el temario en grupo, sentados en el suelo, contagiándose los nervios. Otros memorizan la lección pasillo arriba, pasillo abajo, hablando solos. Y una minoría aprovecha el descanso entre exámenes, para eso, descansar. "Si estudio más, me bloqueo", se convence Leticia. Hasta las once y media de la mañana casi 9.000 alumnos de Bachillerato han estado comentando un texto periodístico sobre el canon digital o enumerando los autores del Romanticismo. El primer día de Selectividad arrancaba ayer con el examen de Lengua y Literatura castellana.

"Me fue mejor de lo que esperaba", "era mucho más fácil que los que hacíamos en clase", "yo me dejé una pregunta"... Los alumnos comentan el examen todavía tensos. Intentan pensar en el próximo, pero no pueden evitar chequear sus respuestas en los apuntes. Hojas con resúmenes y esquemas esparcidas por el suelo de la facultad de Derecho de la Universidad de Santiago dificultan el paso en la primera planta.

Entre el alivio de haber terminado un examen y la ansiedad por hacer el próximo, Samer (21 años) se da cuenta de "su ida de olla". Escribió opción 1, pero hizo la opción 2. "Malditos nervios", se lamenta llevándose las manos a la cabeza. Luego, respira hondo. Le quedan todavía las pruebas de Lengua y Literatura gallega, Inglés e Historia.

8.992 alumnos de Galicia se someten, hasta el viernes, a las Pruebas de Acceso a la Universidad (PAAU), 607 menos que el año pasado. El número de estudiantes matriculados para realizar la Selectividad disminuye cada año. Sólo en 2007, por primera vez en varios cursos, los inscritos fueron más -171- que el año anterior. En 2005, hubo 9.755 matriculados, 104 menos que el curso anterior.

"Me salió fatal. Tenía un cacao en la cabeza... ¿Tienes una aspirina?", le pregunta Eva a una compañera de clase. Ninguna de sus amigas consigue arrancarle una sonrisa a esta chica de 18 años que quiere estudiar Derecho. Nada que ver con Alba, toda tranquilidad, que sale del examen convencida de que le ha ido bien y segura de que obtendrá un buen resultado. Lo necesita, porque quiere entrar en la facultad de Medicina y la nota de corte está en un 8,4. A Eloy también le fue bien la prueba, aunque no tiene tanta presión. "En Filología gallega no hay límite de plazas", explica.

Antes de volver al matadero, colas en los baños y llamadas de móvil a la familia. El suplicio se terminará el viernes, después de los exámenes de modalidad. A los que aprueben la Selectividad, las tasas universitarias que tendrán que pagar a partir del próximo curso les saldrán más caras que a los que superaron las pruebas en 2007. Los precios de los estudios, sin embargo, sólo aumentarán en base al IPC estatal, es decir, entre el 4,2% y el 8,2%, los márgenes autorizados. Así lo acordó ayer el Consello Galego de Universidades.